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La labor no era fácil y no destiño. Roberto Tobar tuvo un arbitraje sin polémicas y absolutamente correcto en el duelo de ida de la final de Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate, disputado este domingo en La Bombonera y que terminó igualado a dos tantos.
A diferencia de lo que se esperaba, el juez chileno se encontró con un duelo de poca pierna fuerte, de escasos encontrones y de bastante juego entre los dos archirrivales del fútbol argentino. Y cuando le tocó tomar decisiones por los roces, siempre aplicó el «siga, siga».
La primera y única gran trifulca se produjo a los 24’ cuando una retención de balón de Milton Casco provocó un duro encontronazo entre varios jugadores que incluyó pechazos, empujones y manotazos. Pese a la caliente escaramuza, Tobar no mostró ninguna amarilla.
A los 36’ mostró correctamente una amarilla a Boca cuando Leonardo Jara le propinó una fuerte entrada contra Gonzalo Martínez. Incluso, si hubiese mostrado la roja, tampoco habría generado tanta discusión.
Excelente arbitraje de Tobar. Acá me dice #Ruggeri que deberia dirigir la segunda final. #LibertadoresxFOX
— Daniel Arcucci (@daniarcucci) November 11, 2018
Antes del descanso(42’), el ingeniero en gestión informática amonestó nuevamente a un hombre de Boca luego que Sebastián Villa golpeara con un manotazo a Gonzalo Montiel. Bien mostrada la cartulina.
En el complemento, apenas iniciado, Tobar amonestó a Ramón Ábila quien tras caer en el área exigió airadamente el VAR, lo que le costó la amarilla y la recriminación verbal, donde incluso el chileno lo mandó a callar.
A los 75’ le perdonó la vida a Rafael Santos Borré, quien, tras ser amonestado, le propinó un duro insulto que se apreció claramente en televisión y que perfectamente pudo haberle costado la segunda amarilla. Sin embargo, el juez nacional no quiso complicarse.
Sobre el final desestimó un par de caídas de los jugadores de Boca cerca del área y le mostró amarilla a Carlos Tévez por un duro patadón contra Ignacio Fernández.
La primera final de América tuvo un arbitraje brillante de Roberto Tobar, y nadie podrá decir lo contrario…
