Increíble, pero cierto. La final de vuelta de la Copa Libertadores de América entre River Plate y Boca Juniors fue suspendida este sábado producto de serios incidentes a las afueras del estadio Monumental.
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Lo peor fue el ataque al bus del equipo xeneize con piedras y gases lacrimógenos, que provocó que el plantel de Guillermo Barros Schelotto sufriera graves consecuencias, con jugadores lesionados y muy afectados. De hecho, el futbolista Pablo Pérez -capitán de Boca- fue llevado a un hospital, igual que el juvenil Lamardo.
Además, se registraron muchos enfrentamientos entre hinchas de River y la policía fuera del recinto deportivo, ya que muchos se quedaron sin poder ingresar al estadio pese a contar con entradas compradas.
Luego de largas idas y vueltas, donde incluso se especuló con que el partido se iba a jugar, finalmente a eso de las 19:20 horas de nuestro país que el encuentro quedaba completamente suspendido.
El presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, indicó que en acuerdo de los clubes y por «sentido común» que el duelo no se podía jugar este sábado. Finalmente, todo quedó programado para las 17:00 horas del domingo.
Veremos si se puede jugar. Y en lo futbolístico, Boca y River empataron 2-2 en la ida, por lo que mañana -si es que no pasa nada raro nuevamente- definirán al nuevo campeón de la Libertadores.