Expectación había durante este martes en las oficinas de la Conmebol, en Asunción. La reunión entre el presidente del ente continental, Alejandro Domínguez, con Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio, presidentes de Boca y River, respectivamente, definió qué pasará con la final de vuelta de la Copa Libertadores entre el Millonario y el Xeneize, suspendida debido los graves incidentes previos al inicio del encuentro.
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Tras resolverse que la final se jugará entre el 8 y el 9 de diciembre, sin definirse el lugar específico, el timonel del fútbol sudamericano indicó que «la reunión fue muy amena, les voy a hacer partícipes todos del mismo pedido: a la familia del fútbol, a los amantes del deporte, el fútbol no es lo que se vivió el fin de semana, es una enfermedad que hay que erradicar, la violencia no es parte del fútbol».
Palabras de Alejandro Domínguez Presidente de #CONMEBOL pic.twitter.com/O9ZVkl7J8e
— ℰ𝓁𝓋𝒾ℴ 𝒥ℴ𝓈ℯ ℱ𝓇𝒶𝓃𝒸ℴ (@elviofrancopy) November 27, 2018
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Asimismo, Domínguez agregó que «mi pedido a los presidentes, independiente que ellos tienen la obligación de defender los derechos cada una de sus instituciones, es que el mensaje que se envié sea el correcto, el fútbol hace amigos, nos une».
Palabras en son de paz que finalizaron con un claro mensaje: «El fútbol se resuelve con goles (…) No hay lugar para los violentos, no se les puede tolerar. Si estamos pensando en que queremos algo mejor, todos tenemos que colaborar. No podemos permitir a nadie que malinterprete que los estadios, sean lugares de violencia», cerró el mandamás.
Aún no se sabe cuándo ni dónde se jugará la súper final de la vergüenza del mundo.