Lo que hizo Luciano Aued en el Campeonato Nacional fue sobresaliente. En un equipo de «obreros», el volante argentino fue el primero en ponerse el overol a la hora de recuperar la pelota, siendo sus quites, al mismo tiempo, el inicio de numerosas acciones ofensivas de la UC, mediante transiciones rápidas.
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Cuando el balón quemaba, Luli siempre lo pedía y les permitía tomar aire a sus compañeros, además de generarse innumerables faltas. Hablando de momentos de presión, no tuvo miedo para pararse al frente del esférico y tirar penales decisivos, como el anotado ante Colo Colo en San Carlos de Apoquindo.
El ex Racing de Avellaneda tampoco flaqueó cuando a mediados de año sufrió la muerte de su padre, Horacio. Eso sí, no pudo contener las lágrimas luego de convertirle desde los 12 pasos a Cobreloa por la Copa Chile, en el estadio Zorros del Desierto, con dedicatoria el cielo incluida en homenaje a su progenitor.
El mediocampista transandino se empoderó en su rol de líder con declaraciones desafiantes, al más puro estilo de referentes que han pasado por el club de Las Condes en épocas pasadas procedentes del otro lado de la cordillera. Pero no se quedó sólo en las palabras, porque después ratificó sus dichos en la cancha.
Por ello, el nacido en La Plata es condecorado como el mejor volante central en La Gala El Gráfico-ANFP 2018. Hizo de todo para merecerlo y, además, se quedó con el premio a mejor jugador extranjero.