Al peruano Christian Cueva aún le da vueltas el penal perdido en Rusia: “Lo veo y me dan ganas de llorar”

Era uno de los valores que debía ser figura en Perú, pero sin embargo, al parecer se lo comió la presión. Perdió un penal ante Dinamarca en el pasado Mundial de Rusia y desde ese momento, el tema aún la da vueltas. Se trata del mediocampista incaico, Christian Cueva, quien a casi seis meses, no puede olvidar ese yerro, que habría significado el empate parcial ante los daneses y que a la larga le costó la eliminación de la Copa del Mundo.

En declaraciones a Fox Sports Perú, el ex jugador de Unión Española, fue muy sincero al respecto: «Veo el penal y me dan ganas de llorar». Un hecho que hasta en las fotografías de ese día, denotaban la cara larga del peruano, aún consternado por perder una oportunidad histórica, ya que su país volvía tras 36 años de ausencia a una cita mundialista.

Cabe destacar que Cueva llegó a quedar ronco de gritar contra Chile, tras la clasificación de su país a la Copa del Mundo, en el repechaje disputado ante Nueva Zelanda.

¿Indisciplina en la selección de Perú?

Cueva, ya en la actualidad futbolística, habló sobre los supuestos líos de indisciplina que habrían ocurrido en la concentración de Perú, tras el triunfo por 3 a 0 ante Chile, en la fecha FIFA disputada en octubre, en el Hard Rock Stadium de Miami, Estados Unidos.

La información hablaba de que Cueva habría ingresado bebidas alcohólicas, para celebrar el triunfo ante la Roja y por esa razón, el técnico Ricardo Gareca lo dejó fuera de la convocatoria para los amistosos ante Ecuador y Costa Rica, en el mes pasado, que fueron derrotas del conjunto incaico.

«Nunca hubo tal indisciplina, el profesor lo aclaró en una conferencia, mi familia estaba allá conmigo. Desconozco por qué tendrían que hablar de esa manera, si yo metería cerveza a la habitación, estaría faltando a la selección», dijo el volante.

«No voy a mentir que en mis vacaciones lo pueda hacer, pero con mi trabajo no me juego y menos con mi selección», dijo el actual valor del Krasnodar ruso, que tuvo un buen paso por Sao Paulo de Brasil antes de irse a Europa.