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Faltan pocos días para el inicio del Sudamericano Sub 20 y el ambiente en el plantel de la selección chilena no puede ser mejor. En el tramo final de preparación, los pupilos de Héctor Robles trabajan en el complejo Juan Pinto Durán afinando los últimos detalles de cara al debut frente a Bolivia del próximo jueves.
Durante los últimos días, parte del entrenamiento se ha realizado a puertas abiertas y ahí las sonrisas, las caras alegres y la excelente disposición abundan en un plantel que realmente ha conmovido no sólo al cuerpo técnico, sino también a los funcionarios de Juan Pinto Durán, quienes destacan la humildad y la unión de los jóvenes futbolistas, a diferencia de otros procesos.
Y no es para menos. Según revelan desde el búnker, los propios jugadores le pidieron al staff de cocina que les dejaran una pequeña mesa vacía, para que al finalizar el almuerzo y la cena, los mismos futbolistas fueran acomodando la loza sucia y así evitar «que las tías pasaran puesto por puesto a retirar los platos».
No es lo único. Algunos jugadores, incluso, se encargan ellos mismos de hacer las camas y de ordenar y limpiar sus respectivas habitaciones. «Estos cabros son geniales, son como un curso ideal de colegio. Se tiran la talla, todos son amigos y lo pasan muy bien», revelan desde avenida Las Torres.
A tal punto llega la camaradería entre los seleccionados, que hace unos días se encargaron de realizar una entrega de premios, «Los Sub 20 Awards», donde entregaron distinciones a todos los integrantes del plantel e, incluso, a algunos sparrings (son cinco de la generación 2001), quienes se han acoplado de buena manera al grupo y a los trabajos de Robles, pensando ya en el Sudamericano 2021.
En esa línea, Tomás Alarcón también destaca el aporte de los sub 17 que disputaron la Copa del Mundo de India 2017: Lucas Alarcón, Julio Bórquez y Antonio Díaz. «Es importante a corta edad jugar un Sudamericano y un Mundial. La generación de la sub 17 ha sido un pilar fundamental también para nosotros. Si bien se dice que hay que aprender de los grandes, en este caso, también hay que aprender de los chicos. Hay que añadirlos y lograr que se sientan a gusto con nosotros«, afirma el defensor de O’Higgins.
Pero la buena onda también se ha visto en la cancha. Hace unos días, el entrenador dividió al grupo en dos y los enfrentó en un partido de 11 contra 11 que terminó igualado, dando cuenta de lo competitivo y parejo que está el nivel entre los seleccionados. A petición de sus dirigidos, la «pichanga» debió definirse por penales. Ahí, David Salazar fue el encargado de darle la victoria a uno de los equipos tras «picar» el tiro a lo Alexis Sánchez. La jugada desató la alegría y la locura tanto de ganadores como de perdedores.
«Hace dos años estamos trabajando y el grupo viene haciendo las cosas bien. Éste es un equipo muy fuerte y competitivo. Tenemos una competencia interna muy positiva y sana. Creemos en hacer las cosas con humildad y eso es lo que nos ha permitido ir conquistando cosas», apunta Nicolás Díaz, defensa de Palestino.
La unión también quedó reflejada hace unos días, cuando todo el plantel festejó los cumpleaños de Nicolás Guerra y Alex Ibacache (ambos cumplieron 20), en una pequeña celebración que incluyó torta después del almuerzo. «Se portan bien, son alegres y muy educados. Nada que decir de ellos, en el complejo estamos sorprendidos por la humildad que tienen», revela otra fuente.
Más allá de la ejemplar convivencia, Robles destaca el notorio mejoramiento del aspecto futbolístico, que se catapultó con el oro en los Juegos Suramericanos de Cochabamba. «Mejoramos en todas las áreas. Participamos en distintas competencias casi con el 80 por ciento de los jugadores que estarán en el Sudamericano. Estos futbolistas han ido allanando el objetivo desde que se empezó el proceso. Estamos ad portas de enfrentar el máximo desafío de nuestras carreras», apunta el ex defensa.
