Lo de la Rojita sub 20 parece una enfermedad sin cura. La campaña en el Sudamericano clasificatorio al Mundial de Polonia y a los Juegos Panamericanos de Lima parece ir directo al precipicio tras el pobre empate frente a Bolivia en el debut (1-1) y la caída sin apelaciones frente a Venezuela en la segunda jornada (1-2), en un estadio El Teniente que ha sido testigo de un proceso que no encuentra la salida.
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Con un equipo sin un norte en lo colectivo, y con rendimientos personales muy por debajo de lo esperado en relación a los últimos amistosos y a la campaña en los Juegos Suramericanos de Cochabamba 2018 donde el seleccionado logró la medalla de oro, la misión de llegar al hexagonal final del certamen pende de un hilo tras cosechar un punto en dos partidos jugados.
En los dos primeros encuentros el equipo careció de ideas en ofensiva. A eso se suma el opaco rendimiento de jugadores como Marcelo Allende, Iván Morales y Ariel Uribe, quienes claramente no han estado a la altura. Pese a ello, el técnico Héctor Robles fue tajante al asegurar que la caída ante la Vinotinto se decidió apenas por un detalle. «Generamos un par de ocasiones, pero no se consiguió. Fue un partido vistoso para el público. Obviamente dolido por las circunstancias, pero sabemos que quedan dos partidos para conseguir el objetivo. El detalle nos mató, no estuvimos atentos a las pelotas paradas», indicó el DT.
Los cuatro cambios respecto al partido contra Bolivia tampoco dieron el efecto esperado: los ingresos de Kennet Lara, Víctor Méndez, Matías Marín y David Salazar por Alex Ibacache, Matías Sepúlveda, Ariel Uribe y Carlos Villanueva, poco y nada influyeron en la cancha, y es que la selección chilena volvió a padecer los mismos problemas tácticos y futbolísticos que en el debut contra los altiplánicos donde apenas se igualó gracias a un cabezazo de Lucas Alarcón.
Lo cierto es que frente a la selección venezolana, el equipo del Choro Robles fue superado en todas sus líneas por largos pasajes del partido. Sin una salida explosiva y clara, apostando al pelotazo largo a los extremos o bien, esperando un desborde de sus laterales que escasamente lograron concretar un centro con peligro al área, y sin la luminosidad que debe tener un ‘10’, la Rojita pareciera que en ataque se mueve por inercia. En defensa la fragilidad es total, y salvo por el rendimiento de Tomás Alarcón, la zaga chilena se comió un baile físico y técnico ante la Vinotinto que a ratos parecía tener a quince jugadores en la cancha.
La desesperación de no poder conseguir un resultado en casa en las dos primeras fechas tiene a Robles al borde de la angustia, palabras que repitió más de una vez en la conferencia de prensa post derrota frente a los llaneros. «Uno lleva la angustia por dentro. Llega un momento en el que uno tiene que sostenerla y tratar de trabajar con los chicos para salir adelante. Nunca vi un Chile angustiado, vi un equipo que quiso buscar el empate pero no pudo por la gran jerarquía de su rival”, tiró el entrenador, quien reconoció que ante Brasil y Colombia “vamos a buscar ajustes y detalles para tener más volumen ofensivo”.
Después de los dos traspiés la convicción del plantel por sacar la tarea adelante y conseguir el boleto al hexagonal final sigue intacta. «Obviamente duele perder, no nos esperábamos este resultado con una selección tan dura como Venezuela, ahora hay que descansar y pensar en sacar los seis puntos que nos quedan sí o sí. Hay que afinar detalles y encontrar que los jugadores estén al cien por ciento», asegura Marcelo Allende, quien defendió los cuatro cambios que dispuso Héctor Robles ante la Vinotinto respecto al empate frente a Bolivia: «No nos incomoda, por algo lo hace, creemos totalmente en la plantilla, cada jugador sabe lo que tiene que hacer, si no está uno puede estar el otro, no creo que haya influido en nuestro juego», agrega.
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Explicaciones más, explicaciones menos, el entorno dirigencial es consciente que al ex defensor se le está acabando el crédito al mando de la Sub 20. El presidente de la ANFP, Sebastián Moreno no ocultó la cara larga por la derrota ante los de Dudamel e indicó que «es una derrota dolorosa, que cala profundamente, pero el grupo está parejo y hay que ganar y sumar para salir de esta difícil situación. La idea es aprovechar este descanso para lograr la clasificación», agregando que “cualquier evaluación del DT será al término del campeonato”.
Este lunes la selección retomará los trabajos pensando en Brasil, el rival de este miércoles en El Teniente a las 19:30 horas, en lo que podría ser el punto final del sueño por lograr un boleto al Mundial de Polonia y a los Juegos Suramericanos, o bien podría capitalizarse la primera victoria de Héctor Robles en un torneo de esta categoría, donde suma tres derrotas y tres empates tras lo cosechado en la pobre campaña de Ecuador 2017. Aún queda camino…
hile