La Selección Chilena estuvo llena de altos y aún más bajos pasajes en la fase de grupos del Sudamericano Sub 20. Con el certamen juvenil organizado en nuestro país, se hizo con la presión de obtener una buena campaña para olvidar la mala imagen en ediciones pasadas. La última gran actuación en estos torneos, fue con la generación comandada por Mario Salas, cuando la Roja clasificó al Mundial de Turquía 2013, donde llegó hasta llegó a los cuartos de final.
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La campaña en el Sudamericano Sub 20 no empezó de la forma esperada. Chile consiguió un deslucido empate 1-1 frente a Bolivia, que en papel se consideraba un rival abordable, pero terminó dando la sorpresa tras ir ganando gran parte del partido. La escuadra nacional logró el empate en la mitad del segundo tiempo, tras un gol del defensor Lucas Alarcón, obteniendo una igualdad que generó mas dudas que certezas.
Después vino lo peor, la Roja obligada a sacar un buen resultado para no pasar mayores inconvenientes y acercarse al hexagonal final, perdió ante la sorpresa del torneo, Venezuela, por 2-1 y dándole vuelta el partido a Chile. Ese duelo sacó a relucir la peor cara del cuadro dirigido por Héctor Robles, que lejos de hacer una autocrítica, defendió el rendimiento de sus jugadores a pesar de la derrota.
Cero regularidad
Tras esos dos primeros encuentros, la Roja dejó muchas dudas y jugó un encuentro decisivo ante Brasil. Ante todo pronóstico, Chile a pesar de no hacer un partido brillante, logró el triunfo con un juego aceptable y efectivo. Iván Morales hizo el único gol del partido y una nueva oportunidad en el torneo, además de la posibilidad de depender de ellos mismos para clasificar a la siguiente fase.
Con la responsabilidad en sus manos, los nacionales llegaron al encuentro decisivo ante Colombia, disputándose el último cupo del Grupo A para clasificar al hexagonal final. Chile llegó con cuatro unidades tras obtener un triunfo, un empate y una derrota, aventajando a los cafeteros solo por mayor cantidad de goles convertidos. El cuadro nacional solo debía ganar o empatar para avanzar a la siguiente fase.
En un partido sin mayores emociones, el equipo de Robles se dedicó a cuidar el resultado desde el primer minuto. Colombia al final del primer tiempo se quedó con un jugador menos, situación que hizo conformarse a la Roja, ya que con el empate bastaba para cumplir con el objetivo. Sin embargo, los fantasmas del pasado y que estuvieron presentes en las primeras fechas del certamen juvenil, se volvieron a presentar. Literalmente en la última jugada del partido y a solo 20 segundos del pitazo final, la presión de Colombia tuvo sus frutos y logró la hazaña con un gol del defensor Carlos Cuesta.
Con esta derrota Chile quedó eliminado del Sudamericano Sub 20. La mala estrategia de Héctor Robles se vio reflejada en el desarrollo, donde solo el partido con Brasil tuvo una luz de esperanza en un equipo que le escaseó el buen fútbol y que se vio sin ideas, casi a modo de reflejo respecto a su entrenador.