Luego de que la Conmebol anunciara en diciembre pasado un aumento de un 50 por ciento en los premios a repartir en la Copa Libertadores, Universidad de Chile se jugará buena parte de su presupuesto para el 2019 el próximo miércoles en el Estadio Nacional, con la obligación de dar vuelta el 1-0 en contra sufrido ante Melgar en Arequipa.
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La U entró a la competición en la segunda fase, por lo que ya se aseguró US$850.000 para las arcas de Azul Azul, pero, tal como advirtió esta semana el presidente de la concesionaria, Carlos Heller, el objetivo mínimo es ingresar a los grupos del principal torneo continental de clubes.
El timonel tiene claros los montos que recibirá la institución que dirige de parte del organismo sudamericano en el caso de conseguir dicha meta, que ascienden a US$3.550.000, desglosados de la siguiente forma: US$550.000 por avanzar a la tercera ronda previa, donde el equipo azul podría medirse contra Caracas de Venezuela o Delfín de Ecuador, y un millón de dólares por cada partido como local en la zona grupal, donde esperan Palmeiras de Brasil, San Lorenzo de Argentina y Junior de Colombia, el nuevo cuadro de Matías Fernández.
De acceder al Grupo F del certamen copero, entonces, los azules habrán obtenido más recursos que los que invirtieron en los 10 refuerzos fichados en este mercado de pases, donde gastaron US$3.230.000.
Todo lo anterior, sin contar las recaudaciones, donde, por ejemplo, los laicos percibieron en promedio por encuentro en casa en el 2017, según la Memoria Anual, alrededor de 200 millones de pesos, o sea, US$300.000.
De acuerdo con eso, los universitarios llegarían a US$1.200.000 por los cuatro hipotéticos duelos, para un total de US$4.750.000.
El Romántico Viajero se jugará más que un match de fútbol frente a los peruanos en Ñuñoa.