No lo pasa bien Frank Kudelka en Universidad de Chile y así lo dejó en claro el propio entrenador argentino, en su conferencia de prensa posterior al amargo empate 1-1 ante Cobresal en el Estadio Nacional, por la fecha 1 del Campeonato Nacional 2019.
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«Me siento incómodo conmigo mismo. Tengo bronca, y la bronca de la Copa Libertadores. Me siento defraudado conmigo mismo, pero hay que tener paciencia y valentía en la toma de decisiones», expresó el entrenador de los azules.
En su análisis de la igualdad ante los mineros, el trasandino comentó que «faltaron un montón de cosas. Fue un partido sufrido, ni aún ganando desde el vestuario pudimos salir mentalmente del encuentro de hace unos días atrás. El entorno estaba difícil. Se sufrió mucho adentro de la cancha. Estábamos muy atados, irresolutos y, a partir de ahí, todo lo que uno pueda decir suena a excusa y no quiero. Se trabaja mucho, pero no lo hemos visto reflejado en la Copa ni en esta primera fecha».
Siguiendo con su diagnóstico del empate ante Cobresal, Kudelka planteó que «nosotros entrenamos y pregonamos en jugar de una forma, que es atacando. Faltando veinte minutos para el final, estábamos cansados, teníamos el resultados a favor, no teníamos la pelota porque nos quemaba y la perdíamos rápido. Pero nos insistían desde afuera que ganásemos por diez goles. Está bárbaro. Pero hay que entender que a veces se puede y a veces no se puede».
En cuanto a las manifestaciones de los hinchas en su contra y fundamentalmente en contra de la directiva de Azul Azul encabezada por Carlos Heller, el DT de la U sostuvo que «el entorno estaba muy convulsionado. Nos guste o no, se siente. Los jugadores tienen oídos, por más que estén jugando a la pelota. Todos los tenemos. Hay veces que uno se sobrepone a eso y hay veces que no».
Por último, al ser consultado por el despedido del preparador de arqueros Gustavo Flores, Kudelka respondió: «lo único que voy a decir es que hay un sinnúmero de anomalías que atentan contra el bienestar general. Puedes ganar o perder, y no justifica que no hayamos ganado hoy. Pero a veces se torna dificultoso poder sobrellevar sin llegar al agotamiento un sinnúmero de cosas. Cuando está todo tranquilo, es un escalafón muy importante para que las cosas salgan mejor».