Contra todos los pronósticos previos, Ernesto Valverde dejó en la banca del Barcelona a Arturo Vidal para el partido de ida de los octavos de final ante el Olympique de Lyon, en Francia. El entrenador de los catalanes optó por Sergi Roberto en el mediocampo, en desmedro del chileno, en un encuentro donde los culés no pasaron del 0-0.
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Sin el despliegue defensivo que aporta el Rey, el primer tiempo fue de ida y vuelta, con una mitad de la cancha de tránsito rápido. La primera llegada clara, la más importante de la fracción inicial, fue antes de los 10 minutos, cuando Martin Terrier sacó un zapatazo desde fuera del área que fue manoteado apenas por Marc-André ter Stegen y pegó en el travesaño.
Las opciones siguieron repartiéndose en los primeros 45′, pero los disparos salieron desviados por poco o fueron contenidos por los arqueros. El duelo estaba para cualquiera, más allá de que el Barça monopolizaba la pelota, como de costumbre.
Vidal entró sobre el final
La segunda parte continuó en la misma tónica. Vidal no se movió del banco tras el descanso, mientras en la cancha seguían dividiéndose oportunidades en ambos arcos.
Claro que en el complemento la más clara fue para el Barcelona, en los pies de Luis Suárez. A 20 minutos del final, Jordi Alba desbordó por la izquierda y el charrúa remató con la zurda, fallando de forma increíble.
A 10′ del cierre, Valverde se decidió a mandar al campo al Rey, quien entró con su clásico ímpetu para aportar a un equipo que se acercaba a la apertura de la cuenta. Sin embargo, ésta no llegó y todo se decidirá en el partido de vuelta en Cataluña, a disputarse el 13 de marzo.