Era un partido esperado por varios hinchas del fútbol. Dos verdaderos colosos que se enfrentaban en Anfield. Liverpool y Bayern Munich, por la ida de los octavos de final de la Champions League, prometía ser un encuentro emocionante, pero estuvo lejos de cumplir con la expectativa y terminó con un aburrido empate sin goles.
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Liverpool con su máxima figura Mohamed Salah aparecía como favorito, pero el Bayern Munich de Niko Kovac también era un rival de temer, a pesar de no tener un año feliz en la Bundesliga. Y al parecer, el exceso de respeto fue la condicionante para que ambos elencos se preocuparan más de defender que de atacar.
Ambas fracciones tuvieron pocas ocasiones de gol e, incluso, Sadio Mané y Salah no pudieron embocar el balón en el arco de Neuer. Por su parte, Bayern tuvo a un irresoluto James Rodríguez como su creador, que no fue factor importante en el desarrollo del juego.
La revancha por los octavos de la Champions League está fijada para el próximo miércoles 13 de marzo en el Allianz Arena de Munich. La consigna será, claramente, buscar el gol, ya que en el encuentro de este martes este concepto se extravió.
