Christian Garín y Nicolás Jarry podrían librar en los próximos días una inesperada y sorpresiva lucha -hace unas semanas atrás- por ser el número uno de Chile en el ranking de la ATP.
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Hace poco, el Príncipe estaba ubicado entre los 40 primeros del escalafón y luchaba por meterse derechamente en la élite del tenis mundial, mientras que el Tanque deambulaba por el circuito challenger y no podía romper la barrera de los 100 primeros. Hoy en febrero, la situación es diametralmente distinta.
En dos semanas más, vale decir en el nuevo ranking del 4 de marzo, Chile podría tener una nueva primera raqueta en el ATP Tour, todo esto derivado al pésimo momento de Jarry que ha perdido gran parte de los puntos que recolectó en febrero del año pasado, los que le permitieron romper el Top 50. Además, Garín ha empezado a incursionar en el circuito grande y se metió entre los 90 mejores, y pese a que no tiene una gran actuación, su nivel de juego abriga esperanza para el futuro.
Por lo pronto, el dirigido por Andrés Schneiter tiene a tiro el número uno del país si es que el nieto de Jaime Fillol extiende su pésimo momento la próxima semana, que puede ser clave. Garín debe defender apenas 15 puntos por los cuartos de final del challenger de Punta del Este, mientras que Jarry necesita revalidar 150 unidades por la final del ATP 250 de Sao Paulo. Gago jugará en el torneo paulista, mientras que el espigado tenista no irá a Brasil y se la jugará en el duro ATP 500 de Acapulco sobre pista rápida.
Descontando esos puntos, la próxima semana Jarry tendrá 640 y Garín 612, por lo que si el nortino tiene una buena actuación en el Brasil Open y se suma a otra derrota tempranera del entrenado por Martín Rodríguez, nuestro tenis tendrá un nuevo número uno en poco menos de 10 días.
Específicamente, siguiendo nuestra «calculadora de la fe», Garín necesita llegar a cuartos de final en Sao Paulo y que Jarry pierda en primera ronda en México. Una situación muy factible dado el momento de ambos en el circuito. De hecho, el cuadro del torneo paulista aparece muy accesible sin grandes figuras, mientras que el torneo 500 de Acapulco tiene a la gran mayoría de las potencias del circuito como Rafael Nadal, Alexander Zverev, Juan Martín del Potro o Stan Wawrinka.
La historia puede cambiar en pocos días.
