El entrenador de Deportes Valdivia, Jorge Aravena, fue el protagonista del duelo ante Ñublense que terminó igualado 3-3 por la Primera B, en el que el técnico terminó detenido por una agresión a un guardia de seguridad.
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Luego de lo ocurrido, el Mortero contó lo que pasó y los malos momentos que vivió producto del incidente, dejando entrever una crítica a la ANFP por el mal manejo que le da a los guardias en los estadios.
«Fui a reclamarle al árbitro y se me cruzó y me dio con el brazo en el pecho. Le digo a Aranda lo que pasó y el tipo me vuelve a levantar el brazo. Ahí le di un manotazo en la espalda, que no fue más que eso. Ni siquiera hubo lesiones. Cuando llegamos a Carabineros, ellos me dijeron que les daba pena por el mal rato y porque estaban perdiendo el tiempo en una situación como ésta. Dejaron la constancia correspondiente y el jefe de la unidad policial reconoció mi disposición para ser parte del procedimiento y ordenó que me fuera«, dijo Aravena al diario La Tercera.
Después se desahogó indicando que «tengo 45 años en el fútbol y nunca había tenido un problema así. No soy agresivo, pero no me gusta que me agredan. Los guardias deben tener una casa distintiva, pero este gallo andaba de terno y corbata. ¡Cómo iba a saber que es guardia! ¿Si me dice que es el Papa tengo que creerle? Deberían estar plenamente identificados, como en otros estadios, en que uno los distingue por las chaquetas de colores«.
Finalmente, criticó que «debería ser la ANFP la que se encargue de contratar los guardias, no los clubes. Debe ser gente con criterio. Como dije, tengo 45 años en el fútbol y nunca estuve metido en problemas como éste«.