El Gráfico Chile

Los 12 meses del segundo periodo de Ruiz-Tagle: Su rivalidad con Mosa y el CSD, la llegada de Espina y el fracaso de Barrios

Un conflictivo segundo periodo tuvo el empresario al mando de Blanco y Negro. Revisa los principales cuestionamientos a su gestión entre abril de 2018 y abril de 2019.

Gabriel Ruiz-Tagle duró un año como presidente de Blanco y Negro, en su segundo período al mando de la concesionaria que maneja los destinos de Colo Colo. Fueron 12 meses llenos de polémicas, promesas incumplidas, malos resultados deportivos y algunas modificaciones que intentaron moldear de forma distinta al Cacique, de cara al futuro.

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Así fue el segundo paso de Ruiz-Tagle entre abril de 2018 hasta abril de 2019, días, con idas y vueltas.

Proyecto fallido

En su llegada a Blanco y Negro, Gabriel Ruiz-Tagle asumió como presidente en una jugada maestra del bloque de Leonidas Vial. Ahí, el ex ministro de Deportes de Sebastián Piñera, presentó su proyecto de trabajo con Leonardo Battaglia como vicepresidente y anunciando un presupuesto de 10 millones de dólares.

La idea original de Ruiz-Tagle era invertir para alcanzar logros deportivos, potenciar series menores e infraestructura. Junto con eso, también existía un plan para los 100 años de Colo Colo en 2025, estableciendo «una política de acción responsable» que lograra mejorar en el largo plazo la situación financiera del club, que en ese momento calificó como «delicada por las malas gestiones anteriores». Finalmente nunca llegaron esos recursos.

En materia deportiva, Ruiz-Tagle prometió un gerente deportivo, que se concretó con la llegada de un histórico, Marcelo Espina, además de potenciar el fútbol joven de los albos, algo que en un año es difícil de ver si funcionó o no. Finalmente, el ahora ex presidente de la concesionaria, señaló que el directorio apostaría por unificar una dirigencia quebrada, lo que a lo largo de su mandato fue teniendo más de una complicación.

Ruiz-Tagle vs Mosa

Los grandes problemas del segundo periodo de Ruiz-Tagle, los tuvo con Aníbal Mosa. El nuevo presidente de Blanco y Negro fue la principal oposición e incluso sentenció que «no tiene la calidad moral ni ética para manejar Colo Colo«.

Debido a eso, Ruiz-Tagle decidió interponer una querella criminal contra el empresario puertomonttino, en el 8º Juzgado de Garantía de Santiago por los «delitos de injurias y calumnias graves«, la cual finalmente fue declarada inadmisible.

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Así lo dio a conocer el juez Fernando Valderrama, que en agosto del año pasado consideró que los hechos expuestos por los abogados del entonces timonel albo, no eran constitutivos de delito.

La pelea entre ambos fue también sobre los dineros gastados durante la gestión Mosa, donde Ruiz-Tagle lo acusó de tener nexos con representantes, como Leonardo Cauteruchi y pagarle casi 300 mil dólares, y además perder 10 millones de dólares en 2 años.

Otra de las críticas que enfrentaron a ambos, fue la idea que Mosa era «demasiado protagonista». Por lo mismo una de las grandes promesas de Ruiz-Tagle era crear una comisión de fútbol con la gerencia deportiva, para evitar que la presidencia tomara las decisiones sin consultas al directorio.

Regreso de Marcelo Espina y creación de la gerencia deportiva

La idea de Ruiz-Tagle de crear una Gerencia Deportiva era «resolver de manera profesional los temas de gestión deportiva (…) Nos interesa disminuir el protagonismo del presidente en las labores del club «, según señaló poco después de asumir la presidencia.

Y así fue cómo se gestionó la llegada de un ídolo albo, Marcelo Espina, en lo que quizá será su mayor legado. El Calamar fue presentado y dejó en claro que quería hacer varios cambios en la administración deportiva del club, unificando «desde el primer equipo hasta las divisiones menores».

Otra de las ideas iniciales era «forjar entrenadores para que asuman en el primer equipo y me gustaría que fuéramos un club que tenga sus propios entrenadores para asumir en el primer equipo«, según señaló Espina.

A priori, el cambio de administración no cambiaría el trabajo del Cabezón, entregándole plena confianza tanto a él como a Mario Salas, a cargo del primer equipo.

Salida de Tapia y llegada de Mario Salas

Si bien en su llegada, Espina le entregó la confianza a Héctor Tapia, para que siga siendo el entrenador albo, una vez terminado el campeonato se decidió no renovarle el contrato, poniendo fin a su era.

Tito llegó como reemplazante de Pablo Guede a mediados de 2018, cuando Ruiz-Tagle venía recién asumiendo la presidencia. Con Tapia, el Cacique volvió a cuartos de final de Copa Libertadores después de 11 años, pero en el torneo local el rendimiento dejó bastante que desear, logrando una clasificación a Copa Sudamericana a duras penas.

Espina buscó a Mario Salas, que venía de ser campeón en el fútbol peruano y que contaba con el respaldo del plantel, en especial Esteban Paredes, que pidió que «ojalá el viejito pascuero lo traiga de regalo«, cuando el estratega era candidato.

«La decisión de Marcelo Espina de traer a Salas, marca un antes y después de la forma en la que se debe trabajar en Colo Colo«, dijo en la oportunidad Ruiz-Tagle, en una muestra más de querer marcar un sello distinto durante su administración.

Los cambios del fútbol formativo

Otro cambio que intentó marcar Ruiz-Tagle de la mano de Espina, era el futbol formativo. «Hay una meta medible: 60/40 le llamamos. Queremos que al Centenario en 2025, tengamos el 60 por ciento de jugadores nacidos en casa. Es un objetivo institucional de primera importancia» era la idea del ex presidente albo.

Es por eso que llegó Ariel Paolorossi, recomendado por Hugo Tocalli desde Argentina. «La formación va de la mano de la competencia, pero no hay que poner solo el énfasis en eso. Puedes salir campeón en las series pero no proyectar. Hay que posicionarse sobre formación y valores. Estamos formando personas antes que futbolistas», fueron sus primeras declaraciones al llegar al Cacique.

Paolorossi también trabajó en las series menores de Lanús, Estudiantes de La Plata y el primer equipo de Unión San Felipe. Al igual que con Salas y Espina, cuenta con todo el apoyo de la nueva presidencia del club, por lo que el área deportiva sería el mayor legado de Ruiz-Tagle.

Lucha contra el Club Social y Deportivo Colo Colo

Ruiz-Tagle presentó ante la Secretaría Civil de la Corte de Apelaciones de Santiago, una demanda contra el Club Social y que se dio en el marco del proceso de absolución de posiciones de las demandas pendientes, entre el club y la concesionaria.

Según informó el CSD, «el timonel de la concesionaria que rige al Cacique, respondió negativamente respecto del derecho de la institución a desarrollar ramas deportivas amateur, a tener escuelas deportivas por medio de sus filiales, a usar los símbolos de Colo Colo y a ocupar libremente las dependencias del estadio Monumental».

En esa línea, añadió que «Ruiz-Tagle negó que sea cierto y efectivo, que el club pueda desarrollar todas aquellas materias que no esté establecidas en el contrato de concesión».

Así, la corporación denunció que «con esta actitud, el ex Ministro del Deporte se suma a la estrategia de Leonidas Vial, líder del bloque accionario que lo puso en la testera de la Sociedad Anónima comercial Blanco y Negro«.

Vale mencionar que Vial tiene al club sometido a un arbitraje en la Cámara de Comercio, donde busca dejar a la corporación sin derechos.

Se lanza contra la U

Gabriel Ruiz Tagle, presidente de Blanco y Negro, criticó duramente a la Universidad de Chile a los que acusó de influir en el Tribunal de Disciplina, para que se mantuviera la sanción de dos partidos jugando sin público en el Campeonato Nacional tras los incidentes en el Superclásico.

La Segunda Sala del ente ratificó el castigo al Cacique y desde Brasil, Ruiz-Tagle se lanzó con todo contra los azules, en una pena que le costó a los albos jugar a puertas cerradas en el estadio Monumental ante Unión Española y Palestino, durante el año pasado.

«Lamentamos que se haya ratificado el castigo, Colo Colo cumplió con todos los protocolos en la preparación de este partido. Apelamos y la Segunda Sala confirmó la sentencia de este fallo, tenemos que aprender las lecciones de las cosas que fallaron, pronto vamos a publicar algunas medidas para evitar que esto siga ocurriendo», dijo en primer término.

Luego vinieron los misiles del ex ministro del primer Gobierno de Sebastián Piñera: «Nos parece vergonzoso e inaceptable que la U haya ido a pedir un incremento en las penas que el Tribunal ya nos había dado, esto con el solo objetivo de obtener ventajas no en la cancha, sino por secretaría, faltando al fair play entre los equipos».

«Yo le diría a Universidad de Chile que tuviera las mismas preocupaciones de nosotros, que hoy estamos jugando cuartos de final de Copa Libertadores. Lo de ir a pedir que nos aumenten las sanciones al tribunal son actitudes que no ayudan a la buena convivencia que debe haber en el fútbol chileno», agregó en ese momento el empresario.

Los refuerzos que no rindieron

Colo Colo realizó cuatro contrataciones para el segundo semestre de 2018, tras la llegada de Espina: Danny Pérez, Esteban Pavez, Lucas Barrios y Damián Pérez. Ninguno rindió a la altura.

El venezolano Danny Pérez, por ejemplo, llegó tras una dudosa triangulación con Deportes La Serena, club que lo compró y lo envió a préstamo por dos años al Monumental, siendo su agente Fernando Felicevich una pieza clave para ubicarlo en el Cacique. Esteban Pavez, en tanto, fue solicitado por el propio DT y no repitió en ese semestre, su buen primer periodo en los albos.

La gran carta en materia de contrataciones fue Lucas Barrios. El delantero, quien rechazó la oferta que le realizó Mosa en diciembre de 2017, llegó en agosto de 2018 de la mano de Ruiz-Tagle, tras una rápida negociación, donde fue clave una reunión que tuvo en Argentina con Espina. No obstante, el ariete dejó muchas dudas y su aporte fue escaso, dejando la institución en diciembre de 2019.

El cuarto refuerzo fue el lateral izquierdo Damián Pérez, quien llegó de la mano de Espina. Es más, el gerente deportivo, en la presentación del zurdo, aseguró que lo conocía desde su época de Arsenal y por eso la negociación se dio rápido. Sin embargo, duró un seis meses y se fue del Monumental por «motivos familiares». Una semana después apareció en San Lorenzo de Almagro.

Y este 2019, llegaron cinco jugadores, pero se quedaron cuatro. Pablo Mouche, Ronald de la Fuente, Javier Parraguez y Cristián Gutiérrez aún son parte del plantel. La excepción fue Juan Carlos Gaete, que prefirió renunciar por temas personales. Hasta el momento, solo Mouche ha tenido continuidad. Parraguez es suplente, de la Fuente está lesionado y Gutiérrez, que era de la cantera, ha jugado pocos minutos como titular.

 

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