«Estamos en vías de ser un equipo super poderoso» y «cada fecha que pasa, el juego de nuestro equipo va en evolución y no somos un equipo predecible». Dos frases del entrenador de Colo Colo, Mario Salas, que se contradicen con el nivel que muestran los albos con el correr de las fechas y que quedó en evidencia en el empate 1-1 ante Unión La Calera, de este domingo en el estadio Nicolás Chahuán Nazar por la fecha 11 del Campeonato Nacional 2019.
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Los albos fueron dominados en el trámite del juego por los cementeros, especialmente en el primer tiempo y su no fuera por el arquero Brayan Cortés, el resultado pudo ser distinto y haber regresado a Santiago sin sumar unidades.
El cuadro de Francisco Meneghini desnudó todas las falencias del Cacique, las cuales ya habían quedado en evidencia a mitad de semana en la eliminación de la Copa Sudamericana ante Universidad Católica de Ecuador.
Tras el partido, Salas aseguró que fue un punto ganado y valoró la respuesta de sus jugadores. Pero, ¿es Colo Colo un equipo que está evolucionando en su juego?
El arranque del torneo fue rotundo: clara y cómoda victoria ante Unión Española por 3-1; luego dominaron a Universidad de Concepción pero ganaron al final por 1-0; y en la tercera fecha superaban por 4-1 a Curicó Unido en menos de 20 minutos, pero finalmente terminaron ganando de manera agónica por 4-3.
El nivel de Colo Colo era más que aceptable y muy esperanzador, con una buena asociación de sus laterales con los punteros más una buena distribución de juego en el mediocampo, en la que Gabriel Suazo, Pablo Mouche y Óscar Opazo mostraban un alto nivel.
Sin embargo, todo esto se fue diluyendo, primero en el justo empate 0-0 ante Cobresal en El Salvador y después la inapelable derrota en el Monumental ante la UC por 3-2. Allí, Gustavo Quinteros le planteó un esquema táctico que superó ampliamente a lo expresado por Salas, y si no es por los imponderables del partido (lesiones de José Pedro Fuenzalida y César Pinares) el resultado pudo ser más abultado, ya que los cruzados ganaban 3-0 y dos descuentos sobre el final achicaron las cifras.
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Derrotas, triunfos agónicos y un nivel que viene cayendo
Tras caer ante Católica en el Monumental vino el triunfo por 2-0 sobre Deportes Iquique, donde Salas necesitó recurrir de Jorge Valdivia y Esteban Paredes para poder desnivelar el cerco defensivo que le plantearon los Dragones Celestes. De hecho, el Mago debutó en el semestre en ese partido y resultó fundamental para llevarse la victoria marcando un gol y dando una asistencia.
Pero una golondrina no hace verano, y una semana después vino otro golpetazo para Salas y compañía. Coquimbo Unido superó en todas las líneas a los albos y se quedó con la victoria por 2-0, partido donde los albos argumentaron el cansancio por el viaje que habían tenido a Quito para enfrentar a la UC de Ecuador por la Copa Sudamericana. Pero para ser justos, los piratas desnudaron todas las falencias albas, que también aparecieron en la altura ecuatoriana, pese al triunfo por la mínima.
De ahí en más, Colo Colo no ha vuelto a perder en el plano local, pero sus triunfos han sido agónicos y los empates han dejado un sabor muy amargo, con un juego muy predecible de leer y una vulnerabilidad defensiva que asusta, además de una circulación de pelota muy pobre en la zona media, pese a contar con Valdivia que no tiene intérpretes para su juego.
Pese a que los rivales se agrupan en su sector y es el Cacique el que lleva el mayor desgaste de los partidos, el esquema con dos puntas le resulta fácil de controlar al adversario. Es más, si se analiza más profundamente, por donde mayor daño generaban los dirigidos por el Comandante en las primeras fechas era por las bandas, pero ahora los contrarios bloquean esa zona en la mitad de la cancha y se quedan sin ideas.
A eso se suma la falta de gol que ha evidenciado Colo Colo en los últimos partidos pese a las ocasiones que se generan en cada encuentro. Agónico triunfo por 3-2 a O’Higgins, empate 1-1 con Huachipato como forastero y victoria 1-0 ante Deportes Antofagasta, partidos en los que jamás pudieron plasmar una idea visible de juego.
Ante los de Meneghini en La Calera, el equipo se vio muy mal, sus laterales estuvieron controlados al igual que el Mago, quien cuando no tiene la libertad y claridad para generar juego, el nivel del Cacique se resiente mucho, desdibujando al resto de sus compañeros.
Para Salas, Colo Colo no es un equipo predecible, pero los resultados y estilo de juego, dicen lo contrario. El Cacique ya no muestra la contundencia de las primeras fechas y con el correr del torneo, cada vez, le cuesta más realizar juego colectivo y conseguir los triunfos.