A la edad de 70 años, este lunes falleció una de las leyendas vivientes de los deportes a motor: nos referimos a Niki Lauda, quien experimentó complicaciones luego de un transplante de pulmón.
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Se llamó Andreas Nikolaus Lauda, pero este piloto austríaco desató el delirio en las pistas de la Fórmula Uno, con el afectuoso apócope de «Niki». Nació el 22 de febrero de 1949 en Viena y luego de vivir una existencia acomodada, vinculada a los sectores financieros, decidió quemar las naves para ser piloto de Fórmula Uno.
Comenzó a correr en Fórmula 1 con el equipo March en 1971, informó la página Wikipedia, pero no fue hasta su llegada a la casa Ferrari que su luz brilló de manera intensa en los diversos trazados.
Fue campeón del mundo en los años 1975, 1977 y 1984, siendo segundo del planeta en la temporada 1976.
Defendió los colores de las escuderías March, BMR, Ferrari, Brabham y Mc Laren. En total, sumó 25 Grandes Premios, 54 podios en 185 carreras.
En la campaña de 1976, salvó milagrosamente la vida, pero su rostro quedó marcado por el fuego y sus vías respiratorias se vieron siempre comprometidas. Sucedió en el Gran Premio de Alemania ese accidente que le marcó para siempre.
«Con gran pesar, anunciamos que nuestro querido Niki ha fallecido en paz, con su familia este lunes», explicaron los familiares en una comunicado. «Sus logros únicos como atleta y empresario son y serán inolvidables, su incansable entusiasmo por la acción, su sencillez y su valor permanecen», explicó el comunicado agregando «fue un modelo a seguir para todos nosotros, fue un amantísimo padre y abuelo, que el público va a extrañar».
