Universidad de Chile vive una de las crisis más terribles de su historia como institución, la cual tiene muy preocupada a la controladora Azul Azul. Durante los 12 años de gestión que acumula la sociedad anónima a cargo del club, sin duda que la temporada 2019 ha sido la peor y el penúltimo lugar actual en la tabla de posiciones del Campeonato Nacional así lo confirma.
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Un escenario que aumenta en complicaciones con la posibilidad latente del descenso a la Primera B. Considerando que el técnico Alfredo Arias no ha podido ganar ningún partido desde que llegó a la U, los laicos suman sólo nueve unidades, las mismas que sus rivales directos para evitar la pérdida de la categoría, Deportes Antofagasta y Cobresal. Con un pobre 18.5% de rendimiento durante su estadía en el club, el entrenador uruguayo tiene un pie afuera de la banca azul para la dirigencia universitaria y eso ha generado un fuerte desorden para planificar el segundo semestre.
En el caso de que los laicos pierdan este fin de semana contra Deportes Iquique, la continuidad de Arias sería insostenible para gran parte de la directiva de Azul Azul y por eso, aunque el presidente José Luis Navarrete evitó decir que se habló respecto a él en la última reunión de directorio, el ex DT de Santiago Wanderers deberá partir y la concesionaria tendrá que pagar los cerca de 130 mil dólares que significa despedir a su actual adiestrador.
Además de ese problema, la U caería en el apremio de buscar rápidamente a un reemplazante, sin mucha caja para traer a alguien de jerarquía que pueda sacar a los universitarios de la incómoda posición en la que están. Sumado a eso, y debido a la misma falta de recursos, la concesionaria también está acomplejada por la tormentosa búsqueda de fichajes que se acomoden a su presupuesto para el resto de la temporada.
«Estamos claros de la escasez de recursos y apelamos a la creatividad para obtener refuerzos, poniendo a algunos de nuestros jugadores en el mercado y también tratando de obtener recursos desde otras instancias para traer algunos refuerzos, que hoy no los tenemos claros», aseguró Navarrete, luego de la reunión ordinaria de directorio que sostuvo la concesionaria el pasado miércoles.
El peor momento de Azul Azul
Además de la crisis futbolística y financiera que vive la U, la concesionaria ha perdido la confianza del plantel y de los hinchas por su mala gestión. Mientras el capitán Johnny Herrera comparó al club con la multitienda Falabella, desde la Asamblea de Hinchas Azules (AHA) le adjudican el problema a la nula injerencia que han tenido los fanáticos desde hace más de una década en la institución.
«La verdad es que nos falta mucho para ser una mejor institución, como, por ejemplo, lo que ha hecho Católica. Parecemos Falabella y somos la U, un club de fútbol. Creo que a veces nos aconseja el enemigo, que el que le dice cosas a Azul Azul es Aníbal Mosa. Nos falta ser más sinceros», reclamó Herrera en declaraciones a Fox Sports.
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«Me parece que la situación actual en la que se encuentra Azul Azul es insostenible y tiene que ver con algo vital, que es que las sociedades anónimas vinieron a destruir el fútbol chileno tal como lo conocíamos. Los grandes poderes económicos se hicieron con la autoridad para tomar todas las decisiones de un club que tiene millones de hinchas, quienes no tenemos ninguna injerencia en todo lo que ellos deciden, porque son los dueños. Con un escenario así, no me sorprende que la U esté como está ahora y la cosa puede llegar a ser peor», agrega Natalia Dávila, vocera de AHA.
La U vive una turbulencia constante, que sólo podría variar con su primer triunfo en 85 días, si derrota como visita a Deportes Iquique este domingo (12:30 horas) en el estadio Zorros del Desierto de Calama, por la 14ª fecha del Campeonato Nacional 2019.