En su estreno en un torneo internacional, Unión La Calera había eliminado al Chapecoense en la primera ronda de la Copa Sudamericana. En la segunda fase tenía al frente a otro equipo brasileño, el Atlético Mineiro, al que había vencido por 1-0 en el Nicolás Chahuán, por lo que le bastaba un empate en Belo Horizonte para avanzar, pero se repitió el marcador de la ida, esta vez en contra, y en la definición por penales terminó quedando fuera.
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En el primer tiempo, los cementeros plantearon un partido interesante, sin meterse atrás, aunque sin generarse tampoco acciones de peligro real. Los anfitriones sí tuvieron un par de ocasiones claras, pero apareció el arquero Augusto Batalla para repeler.
Al cierre de la fracción inicial, el 0-0 les daba a los caleranos el boleto a los octavos de final. Las pifias del público local reflejaban la sorpresa por lo que hacía un club chileno sin tradición en estas instancias, pero que no se achicaba.
Una pena
El segundo tiempo transcurría sin grandes sustos para el equipo de Francisco Meneghini. En eso estaban hasta los 70 minutos, cuando se produjo una doble acción crucial.
El Mineiro quedó mal parado en el fondo y cuatro jugadores caleranos salieron rápido de contragolpe, con Marcelo Larrondo llevando la pelota, pero el argentino nacionalizado chileno se la entregó a un rival. En la respuesta, una combinación fulminante terminó en el gol del ingresado Alerrandro, cuyo tanto llevó la llave a la definición por penales.
Ahí, Walter Bou, Sebastián Leyton y el propio Larrondo fallaron sus lanzamientos, mientras que los brasileños no erraron. Más allá de la eliminación, fue una digna participación de Unión La Calera en la Sudamericana.