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Waldo Ponce le tira flores a su “descubridor” Gareca: “Estaban Otamendi y Domínguez, así que me puso de lateral y a patear los córners”

El ex defensa de la Roja coincidió con el Tigre en el Vélez campeón del Clausura 2009. “Es una persona bien directa, si tenía que decirte algo, te lo decía sin ningún problema y de frente”, destaca sobre el seleccionador peruano.

Waldo Ponce ganó seis títulos en su carrera. De ellos, sólo uno fue fuera de nuestro país, con Vélez Sarsfield en el Clausura 2009 de Argentina, donde él y el uruguayo Hernán Rodrigo López eran los únicos extranjeros.

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Era un equipazo, con nombres como Marcelo Barovero en el arco, Víctor Zapata en el medio y adelante el charrúa, tercero en la tabla de goleadores del certamen. A su vez, en el centro de la zaga jugaban un par de pesos pesados, Nicolás Otamendi y Sebastián Domínguez, ambos parte de la oncena ideal de ese torneo elaborada por La Nación.

El lateral derecho de ese Fortín: Waldini. Ricardo Gareca, actual seleccionador peruano, quería al chileno en el cuadro titular y lo ubicó como carrilero diestro, además de designarlo encargado de patear los córners y los tiros libres de costado.

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El otrora zaguero de la U sólo tiene palabras de elogio para el Tigre, quien este miércoles se verá las caras ante la Roja en las semifinales de la Copa América. Destaca su calma y su frontalidad.

 

¿Cuál es la receta del Tigre?

Es un muy buen técnico, bien capaz, muy trabajador, hace jugar a sus equipos de buena manera y también es bien estudioso.

Transmite la sensación de tranquilidad…

Sí, claro, eso se lo ha dado la experiencia. Él tuvo una gran carrera como futbolista y eso también hace que en las instancias decisivas, cuando pasan cosas inesperadas, tenga esa calma que tiene. Es algo que lo caracteriza.

De hecho, Perú nunca había ganado una definición a penales…

Es que él siempre mantiene la calma y trata de reflejar eso en sus jugadores. Las definiciones a penales van mucho por la ejecución de cada jugador, pero que tu técnico te dé esa tranquilidad hace que tengas la confianza de patear.

Uno ve el plantel peruano y quizá no hay tantos grandes nombres como en otras selecciones de Sudamérica, pero ya los metió en un Mundial y en dos semifinales de Copa América. ¿El entrenador está por sobre los jugadores con él?

Sí, él siempre trata de hacer eso, que sus equipos jueguen de la forma que él quiere. En el partido contra Uruguay estuvieron un poco metidos atrás, pero cuando tuvieron la posibilidad de jugar, lo hicieron de buena manera, coordinándose bien. Esos resultados que ha obtenido reflejan su capacidad.

¿Qué te llamaba la atención de él en la época de Vélez?

La verdad, es una persona bien directa. Si tenía que hablar contigo y decirte algo, te lo decía sin ningún problema y de frente, eso puedo rescatar mucho de su persona y de su parte técnica.

¿En qué lugar lo pondrías dentro de la lista de técnicos que has tenido?

Yo tuve la suerte de, cuando él llegó, desempeñarme en mi posición. Después tuve una lesión y mis compañeros que jugaban de centrales, (Nicolás) Otamendi y (Sebastián) Domínguez, eran seleccionados argentinos, entonces, estaba con la desesperación de no poder jugar en mi puesto, pero con él empecé a hacerlo de lateral derecho, lo que nunca había hecho. Él sacó partido de mi posibilidad de jugar ahí y pudo sacarme rendimiento.

Cuando te dice que vas a jugar de lateral derecho, ¿qué pensaste?

Como te digo, es un tipo bien respetuoso y claro en su mensaje. Me preguntó en qué parte podía jugar y jugué algunos partidos de contención, como había hecho en Alemania. Al final me puso de lateral derecho, porque siempre me consideró en su equipo titular. Lamentablemente, me tocaron dos monstruos de centrales, Otamendi, que mira dónde está ahora, y Domínguez, también seleccionado argentino. Era difícil entrar, pero tuve la suerte de jugar en un puesto nuevo para mí y lo recibí de buena manera.

Hasta te hizo patear los córners…

Pateaba los córners y los tiros libres de costado, cosa que tampoco nunca había hecho en mi carrera, porque siempre iba a cabecear. Por mi pegada, me decía que le gustaba más aprovecharme en eso.

Tú hiciste buenos partidos contra Perú, con un gol en el Monumental por Eliminatorias y ganándole en la Copa América de Argentina. ¿Hay un sabor especial?

Sí, claro, se toma como un clásico. Todos sabemos la rivalidad que existe entre los países y la hemos reflejado en lo deportivo. A uno le gusta jugar estos partidos y ganarle al clásico rival, que es Perú.

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