Wimbledon se vestirá de gala este viernes, cuando por las semifinales del torneo de tenis más importante del mundo, se midan los que para los entendidos son los dos mejores tenistas de todos los tiempos: el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal.
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La rivalidad más importante del deporte blanco vivirá el capítulo 40 de un historial tremendo, con ventaja de 24-15 a favor de Nadal. Pero este superclásico del tenis tuvo un hito histórico en el All England Club hace 11 años atrás, en el que para los especialistas es el «mejor partido de la historia«.
En cuatro horas y 48 minutos del 6 de julio de 2008, Nadal y Federer protagonizaron un thriller histórico, uno de esos partidos que cambian la historia para siempre. El español, en ese momento dos del mundo y aspirante al trono del rey suizo, pateó el tablero y se llevó una victoria impresionante por 6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7, obteniendo su primera corona en Wimbledon y cortando la racha histórica de Federer en el pasto sagrado londinense.
Tras dos finales en 2006 y 2007, donde Fedex pudo con el joven de Manacor, en ese año el zurdo español había acortado distancias con el maestro suizo y tras humillarlo en la definición de Roland Garros (perdió apenas cuatro juegos en la final) estaba listo para dar el gran salto a la élite.
Y contra todos los incrédulos, a los 22 años de edad, Nadal logró la epopeya de derrotar en su «patio» al que todos consideran la perfección hecha tenis. El zurdo, que todos catalogaban como un simple «arcillero» asaltaba la Catedral del tenis y en el mismo césped de Londres le quitaba el trono a Federer, firmando el cambio de guardia de la ATP. Un mes después de esa hazaña, el español subió a la cima del ranking mundial por primera vez en su carrera y finalizó la temporada como número uno del planeta.
Para los principales medios del planeta, se trató del partido más grande de la historia del tenis, incluso el estadounidense John McEnroe, quien comentó el partido para la BBC de Inglaterra indicó: «Fue el partido más grande que haya visto nunca«.
11 años más tarde, esta rivalidad volverá a darse en Wimbledon, un superclásico que tendrá un nuevo capítulo en el mejor escenario posible.
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Nadal vs. Federer, final de Wimbledon 2008