Universidad de Chile ha vivido un año sufrido y desgarrador durante este 2019 y esas sensaciones se han sentido cada vez que ha salido a la cancha durante la presente temporada. Con una mezcla de nervios y ansiedad, la U del técnico Alfredo Arias ha enfrentado partidos que en el papel parecen abordables, pero con el paso de los minutos se les empieza a escapar de las manos.
PUBLICIDAD
Un escenario ya conocido y que han tratado de espantar los jugadores universitarios, pero que volvieron a mostrar este domingo frente a Deportes Temuco por Copa Chile. La escuadra de Arias tenía que conseguir un triunfo como fuese para comenzar con el pie derecho el segundo semestre del fútbol chileno, y por muchos pasajes de la victoria 1 a 0 frente a los temuquenses, eso lo demostró y hasta dio pinceladas de jerarquía en el Germán Becker.
Aunque parecía que los viejos fantasmas del primer semestre se hacían presente durante la segunda etapa, con errores defensivos y del arquero Fernando De Paul, el técnico uruguayo pudo leer los problemas en el mediocampo que exponían a la zaga -que ya no contaba con el lesionado Jean Beausejour- y con el ingreso de Camilo Moya y Jimmy Martínez, logró frenar las arremetidas del local y volvió a dominar el partido en los minutos finales.
Gracias al control en el centro del campo, ni el talento mostrado por los atacantes Rainer Castro o Alfredo Ábalos, lograron que la U detuviera el frenesí que sentía por ganar de buena forma un partido que importaba más para el ánimo del camarín, que para el tablero marcador. Aunque los azules tienen la necesidad de pelear por el título de la Copa Chile, la idea de Arias fue que su equipo mostrara garra y así tener un valor agregado que parecía perdido por el equipo universitario.
El próximo desafío de los azules será la revancha de los octavos de final del certamen contra Temuco, en un duelo programado para el próximo sábado 20 de julio (15:00 horas), esta vez en calidad de local en el Estadio Nacional.
