El tenista australiano Nick Kyrgios debió enfrentar molestias en la espalda, una rodilla y un brazo durante el Abierto de Washington. Entre dobles y singles jugó todos los días de la semana. Derrotó a un par de jugadores que están entre los primeros diez del ranking mundial, incluyendo al griego Stefanos Tsitsipas y el ruso Danill Medvedev, para llevarse el título en la capital estadounidense.
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Por fin Kyrgios dejó atrás las polémicas y conquistó la sexta corona de su enigmática carrera, una carrera en la que abundan las victorias contra las máximas figuras del deporte y también los escándalos.
El australiano, que ha sido multado numerosas veces por indisciplina, dijo tras su victoria por 7-6 (6), 7-6 (4) sobre Medvedev en la final de Washington es producto de un cambio de actitud frente a la vida.
“Quiero hacer una vida limpia, tener hábitos saludables. Esto recién empieza y se reflejó esta semana en la conquista de este torneo”, explicó.
Una y otra vez destacó no su triunfo, sino la forma en que está viviendo su vida: “Hice la misma rutina todos los días. Me sentí un jugador como tantos esta semana. Creo que he hecho grandes progresos, espero poder seguir así”.
«Tenía muchos hábitos poco saludables y eso se estaba empezando a ver en la cancha. No estaba bien. Tenía que cambiar muchas cosas”, dijo Kyrgios, quien en pleno torneo de Wimbledon se lo veía de noche en bares de Londres, incluso la noche previa a su publicitado partido con Rafael Nadal, que ganó el español.
“Es increíble lo mucho que cambié en los últimos seis meses. Estoy trabajando fuerte adentro y afuera de la cancha para tratar de ser una mejor persona y un mejor jugador de tenis”, agregó.
Kyrgios le ha ganado tanto a Nadal como a Roger Federer y Novak Djokovic, los tres tenistas más dominantes del circuito, y dice que sabe que en un buen día puede derrotar a cualquiera.