El Gráfico Chile

La primera gran final del fútbol femenino se vivió con ambiente de clásico entre Colo Colo y Palestino

Después del Mundial, el duelo por el paso a la Copa Libertadores Femenina 2019 convocó a una gran cantidad de público, que vivió la rivalidad entre albas y árabes.

«Ay que pena, da mucha pena, que Palestino, no tenga carnaval» era el cántico que bajaba desde la Tribuna Andes del Estadio Bicentenario de La Florida luego del gran gol de Fernanda Hidalgo que le dio la victoria 2-1 a Colo Colo y la clasificación como Chile 2 a la Copa Libertadores femenina.

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La tradicional canción que la hinchada del Cacique le dedica a Universidad de Chile o Universidad Católica cuando su club le gana a uno de sus grandes rivales en partidos definitorios esta vez era entonado contra el humilde equipo de colonia. Es que en el fútbol femenino las «guerreras albas», nombre de la fanaticada de las campeonas de Libertadores en 2012, tiene otros clásicos.

Y sin duda el partido vivido este jueves tenía todo el ambiente de un clásico. El encuentro, que en un principio las árabes encontraron injusto porque ellas como subcampeonas actuales del torneo debieron quedarse con el cupo por derecho propio, se jugó en un estadio de primera división, con 4 mil personas en las tribunas y con transmisión televisiva, algo poco común en el fútbol de mujeres.

No solo eso, las declaraciones cruzadas antes del partido donde María José Urrutia planteaba que el boleto al torneo continental debía ser para el Tino, mientras Nathalie Quezada señalaba que debían demostrar ser más que el poderoso equipo de Macul, motivó a las hinchadas de ambos clubes, incluso con la parcialdiad de Colo Colo desplegando un lienzo donde se veía a la Chilindrina llorando con la camiseta de Palestino.

Eso sí, los baisanos prendieron una bengala en pleno partido y arrojaron a la cancha una bomba de humo color verde, algo que Nicole Contreras, capitana del cuadro árabe, se mostró en desacuerdo. «Creo que la persona que lo hizo solo vino a este partido. Que quede de lección, porque el fútbol femenino tiene un ambiente distinto, porque es solo un partido«, dijo Contreras y agregó que aún así «es rico jugar con tanta gente, aunque sean hinchas de otro equipo. Ojalá todas las semanas tener partidos así«.

Por su parte, Jaime Zapata, técnico de las albas, se preguntó «por qué no darles a las mujeres el lugar que se merecen en el fútbol. Ellas aman tanto este deporte como cualquiera», mientras analizaba la gran cantidad de público que llegó a La Florida y vio la primera gran final del fútbol femenino después del boom que provocó la Selección Chilena en el Mundial de Francia. Una final que se vivió como un clásico.

 

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