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Mario Lepe y la fractura del Gato Silva: “En las personas sí hay mala intención, ¿por qué no creerlo así?”

El máximo ídolo de la UC, quien en su carrera como futbolista sufrió cuatro fracturas, aborda la dura lesión que lamenta su ex dirigido, tras una violenta entrada de Matías Laba, volante argentino de La Calera. Sobre la larga recuperación que tendrá que llevar a cabo el quillotano, apunta: “Tiene una fortaleza increíble”.

La frustración que siente Francisco Silva después de la doble fractura que sufrió en la caída por 2-1 de Universidad Católica ante Unión La Calera, a raíz de una violenta infracción del argentino Matías Laba, la conoce muy bien el histórico Mario Lepe. El ídolo cruzado, quien fue entrenador del Gato, padeció cuatro fracturas en su carrera profesional como futbolista. Con esos antecedentes, el máximo referente de la Franja aborda lo que hoy le toca vivir a su ex dirigido.

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¿Cómo recibiste la noticia de la fractura de Francisco Silva?

Tengo mucha tristeza, porque él venía con mucha ilusión y por una agresividad mal entendida, una mala intención de otro jugador, va a estar al menos cinco meses fuera de las canchas. Decirle a Francisco que la recuperación ya la empezó y que en lo que tiene que estar más fuerte es en la cabeza, más que en lo físico. Lo físico puede ir mejorando con los días, pero la mente es lo que más tiene que trabajar. Él es un chico con mucha fuerza interior. No tengo dudas de que saldrá adelante.

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¿De qué manera se enfrenta la recuperación de una lesión tan grave como una fractura?

Cuando se tiene un buen médico, buenos compañeros y una institución entera que te respalda, sin duda que el panorama es mucho más tranquilo que cuando no ganas mucho, no cuentas con mucho respaldo ni con médicos buenos. Sin buenas condiciones, pueden aparecer las dudas y las complicaciones, pero en la UC lo vamos a respaldar todos y eso da mucha tranquilidad al afectado. El tiempo que se demore no importa, lo más importante es la persona y que se recupere bien. A él le dará mucha tranquilidad la confianza que le daremos todos como club. Yo hace 30 sufrí una fractura y en ese momento la kinesiología no era tan avanzada como ahora. Además, Católica tiene los medios para que Francisco pueda recuperarse antes de lo que se estipula.

¿Qué tan presentes pueden estar las dudas y los miedos pensando en el retorno?

El primer trabajo es mental y una vez que se logra esa estabilidad, viene la parte física. Al estar bien mentalmente, uno tiene mucha más confianza y eso lo lleva a uno a también estar físicamente bien, ayuda mucho. En estos tiempos, con los profesionales que hay en la sicología, Francisco va a tener una gran ayuda y después, cuando vuelva a estar bien en lo físico, va a tener una mayor confianza para volver a jugar. Se tienen que conjugar las dos cosas para que pueda estar en una buena condición para jugar y no tener miedos ni ningún tipo de dudas.

Dices que Francisco tiene mucha fuerza interior…

Tiene una fortaleza increíble, porque en sus inicios en el profesionalismo, le tocó dar la vuelta larga. Se tuvo que ir a Tercera División, a Primera B, salió campeón en la «B», después volvió, luchó mucho hasta que consiguió consolidarse en el primer equipo de Católica. Todo ese recorrido que hizo entre dos y tres años lo fortaleció mucho, y le generó una condición mental muy fuerte. Eso lo va a ayudar muchísimo en la recuperación.

¿Has podido hablar con el Gato después de que se produjo su lesión?

Quiero dejar pasar un poco de tiempo, porque yo viví esa parte y quiero que él esté más tranquilo. Cuando él esté un poco más recuperado, saliendo de este shock y asumiendo esta nueva condición de estar lesionado, me voy a juntar con él. Antes de la lesión veníamos hablando seguido, afortunadamente siempre ha tenido los pies bien puestos en la tierra, sé que está tranquilo en ese sentido. Lo voy a ir a ver en un par de días más.

En cuanto a la jugada misma en la que se produjo la fractura, ¿te parece que hubo mala intención de Matías Laba?

Hay una fuerza desmedida. Yo no conozco a este chico para decir que es un malintencionado, pero en esa acción hay una fuerza desmedida y se aplica mal ese principio de agresividad, de actitud, de ganas, porque en este caso fue negligente, fue demasiado agresiva su acción y pasa a ser una situación de mala intención. Que él sea malintencionado en su vida o en otras cosas, no lo sé, no lo conozco, pero en esa jugada yo creo que sí lo fue. La sanción debería ser que él no vuelva hasta que regrese el jugador lesionado. Le van a dar cuatro o cinco partidos y va a poder jugar, mientras el otro va a estar cinco o seis meses sin jugar. Eso no es justo.

¿Cómo queda la relación con el jugador que te provoca la lesión? En tu caso, ¿volviste a hablar con alguno de tus colegas que te fracturaron?

Nunca. Una fractura es muy complicada. Cuando yo te empujo, caes mal y producto de eso te fracturas el brazo o el pie, es otro cuento, pero cuando lisa y llanamente te barres en tijera y por atrás, en este caso el jugador agredido siente una mala intención de la otra parte. Es una frustración muy grande asumir que vas a estar más de cinco meses sin jugar. Uno no quiere ni ver a la otra persona, pero tampoco les tengo mala o mucho menos. Tampoco creo que sea fácil eso de pedir disculpas, pero no lo pensó bien antes de cometer la infracción. De repente uno no cree que exista mala intención en las personas y yo creo que sí. En las personas sí hay mala intención, hay de todo, ¿por qué no creerlo así?

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