Cuando Mario Salas fue oficializado como el nuevo entrenador de Colo Colo, la esperanza de los hinchas y de la dirigencia de Blanco y Negro fue grande, ya que llegaba al Cacique un DT que era sensación y que venía de cumplir con creces en Universidad Católica y Sporting Cristal.
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El Comandante no ocultó su alegría de llegar al club donde jugó durante dos años y desde el principio prometió un juego ofensivo, con inclusión de los juveniles en el primer equipo, lo que cumplió en las primeras fechas, donde Williams Alarcón, Branco Provoste, Carlo Villanueva e Iván Morales sumaron minutos y aprobaron cuando fueron requeridos.
Sin embargo, todo cambió en el último mes para el técnico, ya que tras fracasar en la Copa Sudamericana y quedar a 13 puntos del líder, Universidad Católica, con opciones mínimas de lograr el título, Salas decidió modificar su discurso inicial, donde estaba alineado con el «Proyecto 60-40». No obstante, ante Universidad de Concepción nuevamente no utilizará a juveniles.
Es que Salas tiene la urgencia de, al menos, cumplir uno de los objetivos trazados a principios de temporada, que es el de clasificar a la fase grupal de la Copa Libertadores 2020. El DT ya reconoció que «nuestra cuenta de ahorro en el segundo lugar se nos acabó respecto a los que nos siguen y tenemos que sumar con urgencia».
Colo Colo ya cumplió con la regla sub 20 de los juveniles, ya que ante Cobresal superó los 1.250 minutos, y ante la necesidad y la obligación de sumar puntos, el entrenador recurrirá a los jugadores experimentados para el tramo final del Campeonato Nacional, donde el objetivo es acabar segundos y así lograr entrar a la fase grupal de la Libertadores, y no tener que jugar fases previas.
En nueve meses al mando de Colo Colo, Salas no ha podido dejar su sello de ser un equipo agresivo y vertical, y con cada fecha que pasa, el juego de los albos baja más de nivel, situación que buscará revertir con el retorno de los experimentados.