Tras un mes sin fútbol, Unión La Calera y Deportes Iquique dieron el puntapié inicial de la reanudación del Campeonato Nacional en el Bicentenario de La Florida, sin embargo, en el segundo tiempo, miembros de la Garra Blanca ingresaron al recinto, se enfrentaron con Carabineros y el encuentro fue suspendido. El presidente de los dragones celestes, Cesare Rossi, analizó la caótica situación que vivieron ambos elencos e indicó que no están las condiciones de seguridad para retomar la actividad.
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“Ante todos los hechos que han sucedido, sobre todo a nosotros que nos tocó vivir el día viernes una situación bastante desagradable, en la Florida, creemos que ya no están dadas las condiciones para seguir jugando”, señaló el timonel del equipo nortino en diálogo con radio Bío Bío.
La pretensión de Rossi es jugar los partidos restantes del torneo, pero no hay las condiciones necesarias para albergar espectáculos de esta envergadura: «Es bastante lamentable porque la idea es terminar el torneo, jugar las 30 fechas como corresponde, pero nos damos cuenta que las condiciones de seguridad no están dadas”.
«Nuestra postura, una vez que nos dimos cuenta que no se puede jugar, sería muy injusto que existiera descenso porque tienen que jugarse las 30 fechas. Creemos que no debería haber descenso, pero veremos qué pasa, qué dice el CDF”, agregó.
El timonel del conjunto iquiqueño también tuvo palabras para la situación que viven los equipos de Segunda División: «Creo que, si estamos complicados nosotros, ellos deben estar mucho más complicados. Hay que hacer una reformulación, hay equipos que tienen que tener apoyo, algún porcentaje les tiene que llegar. Hay que tener empatía y ayudarnos entre todos”.
“Es el momento de salvar la actividad. Nos impiden desarrollarnos y hay que ponernos en los zapatos de los complicados. Si no ayudamos hay clubes que pueden llegar a morir”, complementó.
Finalmente, Rossi denunció amenazas y se mostró contrario a disputar los partidos a puertas cerradas: “Muchas barras han amenazado. También lo entiendo. Jugarlo sin público es complejo. Puede ser peor. Es un riesgo tremendo. Nosotros jugamos con 100 personas e irrumpió un grupo de barras de otro equipo… Las condiciones no están dadas”.