Luego de más de un mes de detención producto del estallido social en Chile, el fútbol nacional sigue en el limbo y el futuro para más oscuro que nunca, tras lo ocurrido el pasado viernes en el partido Unión La Calera-Deportes Iquique, que fue suspendido por el ingreso de hinchas al estadio Bicentenario de La Florida.
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Y esta jornada será un «súper» martes con una jornada decisiva, ya que el Consejo de Presidentes de la ANFP y una junta del Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) tomarán posturas claras para lo que resta de la temporada 2019 del balompié criollo.
Tras eso, el panorama podría allanarse, aunque se espera un debate muy caliente ya que hay posiciones contrapuestas acerca del tema. Hay clubes que quieren terminar la campaña, mientras que otros buscan jugar a toda costa.
Por otro lado, el Sifup tiene como idea principal no jugar si las condiciones de seguridad no son las ideales, como pasó el viernes anterior en el recinto de avenida Enrique Olivares, donde parte de la barra brava de Colo Colo llegó sin inconvenientes a interrumpir el desarrollo del encuentro entre caleranos e iquiqueños.
La ANFP indicó como argumentos para detener la actividad que «no hay disponibilidad de contingentes policiales necesarios para garantizar el resguardo del orden y la seguridad pública en los alrededores de los estadios«. Luego, sentenció que «no podemos aceptar que la violencia domine al fútbol. Nuestro deporte no rivaliza con las demandas sociales ni con el momento que vive el país«.