El Consejo de Presidentes de la ANFP que se llevó a cabo este martes en las dependencias de Quilín, no estuvo exento de polémicas. En la cita, los dirigentes del fútbol chileno buscaban darle una salida a la paralización que enfrenta la actividad desde el comienzo del estallido social, el cuál ha imposibilitado volver a la normalidad.
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Los serios incidentes que se produjeron el pasado viernes en el estadio Bicentenario de La Florida durante el duelo entre Unión La Calera y Deportes Iquique llevaron la situación al límite y obligaron al directorio encabezado por Sebastián Moreno a reunir a los dirigentes para tomar una decisión final.
Una vez iniciado el hemiciclo en el salón plenario, el directorio expuso una propuesta que sacó de quicio a los dirigentes de Primera División: En voz del gerente de ligas profesionales, Rodrigo Robles, la ANFP ofreció unificar la Primera A y Primera B en una especie de Superliga de 32 clubes, con cuatro descensos y dos ascensos por año con el fin de volver a tener dos divisiones con 16 clubes en un periodo de ocho años.
La idea de la ANFP generó un caos total. Según fuentes al interior de la cita, uno de los dirigentes de Primera División encaró a Sebastián Moreno: «¿Para esto nos hacen venir, para presentar puras leseras?», le enrostró. Por otro lado, Juan Tagle, presidente de Cruzados, y uno de los hombres fuertes dentro del Consejo pidió dar por terminada la sesión ante el descontento generalizado.
«Los clubes de Primera División abandonaron la sala, se fueron a conversar al pasillo para ver qué podían hacer. Muchos sintieron que era una falta de respeto citarlos para escuchar una propuesta tan burda», declaró a El Gráfico Chile uno de los dirigentes que estuvo presente en la cita.
Para calmar los ánimos, el directorio decidió hacer un «break» que se prolongó por más de una hora. Allí, los dirigentes intercambiaron mensajes de Whatsapp, llamadas telefónicas e ideas para intentar ponerle punto final a una incertidumbre que ya se extiende por más de un mes.
Finalmente, y tras una extensa sesión, los clubes en su mayoría decidieron suspender el fútbol chileno hasta la temporada 2020. Sin embargo, los 34 votos a favor de la moción versus los 13 en contra y la abstención de Deportes Temuco no alcanzaron para cumplir con el quórum de 4/5 que necesitaba el Consejo para modificar las bases del campeonato.
Así, el fútbol chileno tendrá que volver a jugarse, cómo sea, pese a que a primera hora, Sebastián Moreno había expuesto ante los dirigentes que la Intendencia le había entregado garantías que no convencieron del todo: Jugar a mitad de semana, con dotación de Carabineros de acuerdo a la categoría del partido y a la disponibilidad de cada ciudad, y sin presencia de Fuerzas Especiales. Otro duro golpe para el gobierno de Sebastián Moreno.