El pasado fin de semana, Madrid acogió la séptima y última jornada de la Premier League de Karate, la cita de liga más importante de este deporte.
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La chilena Valentina Toro, actual campeona mundial Sub 21 en la modalidad Kumite en la categoría de -55 kilos, cayó en la primera ronda, pero el certamen español le sirvió como preparación para aspirar a lograr una histórica clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
A sus 19 años, la además estudiante de Ingeniería Civil Industrial dialogó con El Gráfico Chile desde Europa, para relatar cómo es la vida de una karateca en nuestro país.
¿Cuándo comienza la pasión por el karate?
Cuando era chica era súper hiperactiva. Soy hija única, volvía loca a mi papá y el médico me dijo que me diera Ritalin, pero finalmente me metieron a hacer deporte para gastar toda mi energía. Mi papá en su juventud había practicado karate, así que me invitó.
¿Y te gustó desde el principio?
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Al principio no me gustó. De igual forma, hacía otros deportes, pero iba por compromiso, porque era como el panorama entre mi papá y yo. Ahí era un karate tradicional, el entrenador vio que tenía potencial y me llevaron a entrenar al Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO), ahí conocí el karate deportivo y comenzó todo.
¿Cuál era tu karateca favorito?
Cuando chica me gustaba mucho Rafael Aghayev (N. de la R.: cinco veces campeón del mundo), es la leyenda del karate, es histórico, fue el primero que conocí. Después, a los 15 años, siempre veía videos de mujeres peleando, ahí encontré a una ucraniana y me gustó porque peleaba como yo. Aparte, era súper linda, no muy conocida, Anzhelika Terliuga.
¿Crees que existe alguna estigmatización hacia las mujeres en el karate?
A mí el karate principalmente no me gustaba porque practicaba con puros hombres. Cuando fui al CEO había mujeres, mi entrenadora era mujer, Daniela Letin, ahí me empezó a gustar más, porque vi a más mujeres haciendo esto. Quizá si no las hubiera visto, me hubiera retirado.
¿Y con tus cercanos?
Lo que pasa es que no me veo maceteada, no me veo como un camión, entonces, cuando digo que hago karate, me miran y me dicen que no parezco karateka. Un día en el colegio me dijeron que podría haber sido modelo, los profesores me decían que en otros ámbitos había mas plata. No me molestaba, sólo me reía, pero igual da para pensar.
¿Cuándo decidiste dedicarte de manera profesional?
Yo decidí dedicarme profesionalmente a los 12 años, ahí participé en mi primer regional y me fue súper mal. Mi entrenador me dijo que si quería triunfar, tenía que entrenar todos los días, ahí comencé a ser más disciplinada. A los 13 años viajé con la selección y ahí comenzó mi carrera profesional en Brasil.
¿Cómo es una jornada de entrenamiento?
Antes del Mundial estuvimos concentradas dos meses, entrenábamos de lunes a lunes, y sábado y domingo en doble jornada. Ahora, entreno de lunes a sábado.
¿Cuáles son tus principales técnicas?
Los ataques que más domino son los de mano, como el Kizami Zuki (golpe de puño). Pero, en lo personal, me gustan más las patadas y mi patada favorita es el nombre de mi gata, la Ura Mawashi.
¿Cómo puedes compatibilizar los estudios y el deporte?
Estudio Ingeniería Civil Industrial en la Universidad de Santiago y ahora estamos paralizados. He estado dedicada de lleno al karate, me echo ramos por viajar tanto, aunque me dejan recuperar las pruebas. Las acumuladas me cuestan, porque no puedo meterme tanta materia en poco tiempo, por eso, además, tomo menos ramos que el resto de mis compañeros. Ahora no sé qué haré, porque no sé cuándo volveremos a clases. La universidad está paralizada por rectoría, desde la casa de estudios no quieren que vayamos a clases, porque cualquier alumno corre el riesgo de estar estudiando y que los Carabineros se metan.
Entonces, ¿cuál es tu objetivo principal?
Estoy becada, pero ahora es el momento de ser deportista, la universidad no se va a mover, los estudios estarán ahí, pero mi carrera deportiva no. Se me puede pasar la micro, puedo lesionarme o pasar mi edad. Además, estoy con miras a Tokio 2020 y a los Panamericanos en casa, así que tomaré los estudios de a poco. Soy súper ñoña, me encantan las matemáticas. Igual, siento que me desestresa hacer las dos cosas, lo paso muy bien con mis amigos de la U.
¿Se puede vivir sólo del karate?
Lo que gana un deportista con su Proddar son 360 lucas, es el más bajo. Ese sueldo lo tienen las personas que ganaron algún torneo internacional. Cuando eres seleccionado, recién ahí optas a ese sueldo, no antes.
¿Qué piensas sobre el estallido social?
Siempre he apoyado el movimiento social, encuentro genial la organización, pero estoy en contra de la violencia recíproca, ya que la violencia trae más violencia. Me encanta que luchemos por un Chile más justo, para hacer valer nuestros derechos. No he podido participar de las marchas, porque estaba concentrada en el Mundial.
¿Cuál es la relación con el Ministerio del Deporte y la recientemente designada ministra?
Cecilia Pérez, cuando recién salió designada, fue al CEO a dar charlas tres días, una con los trabajadores, otra con los entrenadores y otra con los deportistas. Lamentablemente, el grupo que estábamos nominados para ir a Madrid teníamos entrenamiento. Al menos la ministra nos escuchó, la iniciativa fue buena. Nos ha seguido en Instagram. No ha hecho nada nuevo, pero mostró al menos interés por nosotros.
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