Durante la jornada de este martes se desarrolló el sorteo de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Catar 2022. En la ocasión, Chile ocupó el número «9» e iniciará y finalizará el proceso clasificatorio contra Uruguay.
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Pese a que ya está todo definido, desde un principio el formato generó dudas e incertidumbre: ¿Por qué había dos bombos, uno con las selecciones y otro sólo con números? ¿Por qué Brasil y Argentina tenían otros colores, algo que finalmente no se consumó, pese a que era información oficial de la Conmebol?
Para responder a estas dudas, y entender mejor el sorteo, El Gráfico Chile conversó con Denis Sauré, profesor de la Universidad de Chile e investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, quien fue parte del grupo que planeó el «formato francés» que se determinó para definir la ruta rumbo a Catar 2022.
¿Cuáles son las características de este tipo de sorteo?
La idea es que nosotros solamente decidimos qué números hay, sin saber a qué equipo corresponden en particular.
En cuanto al fixture, ¿qué es el «formato francés» y cuál es la novedad en cuanto a los partidos de local y de visita?
Modelamos esto como un problema matemático y lo resolvimos. Empezamos a ver las soluciones y los patrones, y una de las que más se repetía fue la que se implementó. Es así como llegamos al «formato francés», que, en palabras simples, es que inicias y terminas contra el mismo rival. En este caso, Chile partirá con Uruguay y finalizará con los charrúas.
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En cuanto a los partidos de local y de visita, en esta ocasión se intentó balancear el número de fechas en que se inicia jugando en casa. La mayoría de las selecciones prefiere jugar de local primero, porque así los jugadores llegan al país, entrenan, juegan su partido, después viajan, disputan el encuentro de visita y se van directo al extranjero. Eso estaba súper desbalanceado en el fixture antiguo.
Ahora todos los equipos parten cuatro o cinco veces en casa, pero nadie se arranca.
¿Por qué Brasil y Argentina tenían originalmente un trato especial?
Tratamos que entre equipos el trato fuera lo más parecido posible. Ahora, había dos excepciones, Argentina y Brasil, porque históricamente son equipos más difíciles. Se buscaba una solución de manera de que a ningún país le tocara de forma consecutiva jugar contra ellos. Lo habíamos hecho con la idea de darles más respiro al resto de las selecciones.
