Jermaine Pennant era uno de los futbolistas de mayor proyección en Inglaterra a principios de siglo, pero su vida de excesos no le permitió aprovechar al máximo su innegable talento. Aún así se las arregló para jugar en clubes poderosos como Arsenal y Liverpool, en los que alternó capítulos brillantes dentro de la cancha con episodios escandalosos fuera de ella.
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En una entrevista con El Periódico de Aragón, Pennant recordó cómo fue su alocada forma de vida durante su carrera profesional como futbolista que se extendió desde 1998 hasta 2017. «Fue un estilo de vida que en bastantes ocasiones me salió caro, aunque otras veces no», reflexionó.
Y en particular destacó un capítulo: «Recuerdo mi primer partido de titular con el Arsenal ante el Southampton. Tenía solamente 19 años y la noche de antes decidí ir a una fiesta. Recuerdo que desayuné en un McDonald’s. ¡La peor preparación posible! Marqué un hat-trick, pese a tener una resaca terrible. Mis compañeros de habitación me llamaron de todo».
Pennant, que fue compañero de Mark González en Liverpool, pasó por varios clubes en Inglaterra y su primera fuera de su país natal la vivió en España, específicamente en el Real Zaragoza, equipo en el que compartió camarín con Humberto Suazo. En suelo español, también hubo excesos.
«Junto a Franck Songo’o (hijo del histórico Jacques Songo’o) viví una de las noches más locas en España, un viaje a Barcelona terrible. Fuimos porque habíamos quedado con unas chicas y tomábamos el tren a las 6.30 de la mañana para llegar a entrenar. Pero se retrasó y estábamos en problemas. El doctor Villanueva no dejaba de llamarme para ver dónde estaba. Yo no le respondía. Mi traductor me dijo que había estado por mi casa y vio que no había nadie. Cuando llegué le hice creer que estaba dormido y no había podido responderle«, recordó.
Otro episodio alocado que vivió en España tuvo a su lujoso Porsche Cayenne como protagonista. «Tenía que tomar un tren a Madrid para volar hacia Manchester y firmar el acuerdo con el Stoke City. Era 31 de agosto y estaba a punto de perder el tren. Si lo perdía se acababa todo. Así que me bajé del Porsche Cayenne a toda pastilla y dejé las llaves en la guantera del coche. Sabía que iba a volver para recuperarlo, no estoy tan mal como para abandonar un coche tan caro. Le dije a mi traductor Fernando que fuera a la estación, cogiera el coche y pagase el ticket del aparcamiento, luego se lo ingresaría, y tuvo que pagar casi 500 euros. Le dije que no se preocupase, que el coche estaba abierto. El pobre quedó alucinado. ‘¡Un Porsche abandonado y abierto! ¿Estás loco?’, me dijo«, contó.
Pero toda esa vida de excesos quedó en el pasado. «No soy el de antes. No me creerá si le digo que ahora prefiero estar en casa tumbado en el sofá mientras veo una serie. Lo otro es cosa del pasado y afortunadamente aprendí de mis errores», dijo el ex mediocampista, que se retiró del fútbol profesional en 2017 y que ahora trabaja en la BBC como comentarista.
A sus 36 años, Pennant ve las cosas de otra manera y cree que su dura infancia tuvo que ver con los excesos que aparecieron junto al dinero y el éxito deportivo. «Viví una infancia complicada y eso siempre será parte de mí. Tuve que criarme solo con mi padre, que tuvo problemas con las drogas. Yo viví la cultura de las pandillas, pero siempre tuve clara mi prioridad. Tuve que madurar rápido, siendo fuerte cuando solo era un crío», comentó.