En una entrevista de 100 preguntas con el diario argentino La Nación, el director técnico Eduardo Berizzo habló en profundidad de distintas etapas tanto de su carrera profesional como de su vida personal. Y en particular sobre su exitoso ciclo en O’Higgins de Rancagua, el actual entrenador de la selección de Paraguay expresó un emotivo recuerdo.
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Berizzo contó que cuando tomó la banca de O’Higgins en 2012 sí pensó en hacer historia y lograr el primer título en Primera División de los celestes. «La verdad que sí se me cruzaba esa posibilidad. Siempre pienso en grande. Se venía trabajando bien, con ideas claras, se estaba construyendo un muy buen centro de entrenamiento. O’Higgins ya me había buscado antes, pero yo justo salía de la selección y necesitaba descansar. Había otros equipos con muchas más posibilidades de campeonar, pero yo me ilusiono, yo le meto, me creo cualquier cosa», declaró.
El camino hacia el título para O’Higgins bajo la conducción de Berizzo estuvo marcado por la tragedia de Tomé: el accidente en carretera que le costó la vida a 16 fanáticos del Capo de Provincia. Sobre aquel triste episodio, Berizzo recordó que «como entrenador del equipo, los médicos me invitaron a pasar y a tomar contacto con los accidentados. Entré y los fui saludando, a muchos de esos chicos los conocíamos porque venían a ver los entrenamientos. Había algunos enyesados, otros en camilla, me quedó grabado que tenían anotados sus nombres con un fibrón en las piernas. En ese momento todavía no estaba claro el número de víctimas. Al salir se me acercaron los familiares, me preguntaban quiénes estaban ahí, fue un momento durísimo, traté de no desesperanzar a nadie, tampoco me acordaba de todos sus nombres, sí recuerdo la angustia de ese momento«.
«Después de estar un rato en el hospital, emprendimos el viaje de regreso a Rancagua, ahí ya se conocía que había 16 muertes. Inmediatamente toda la gente se acercó a la plaza principal y se puso a rezar. Fue una misa multitudinaria, y nosotros en el medio, como uno más. En los días sucesivos participamos de los entierros de esos chicos. No quiero ni imaginar el dolor que significa la pérdida de un hijo y está clarísimo que el fútbol no compensa nada de eso, pero lo sucedido impulsó al equipo a redoblar esfuerzos, a comprometerse todavía más. De manera tácita, sin siquiera hablarlo, pero estaba en el aire. Fue un episodio que nos marcó, nunca más hubo una queja de nada, aunque ese equipo estaba integrado por gente buenísima que no se quejaba. Y a fines de ese 2013 salimos campeones por primera vez en la historia de O’Higgins»,continuó con su relato el ex ayudante de Marcelo Bielsa en la Roja.
Sobre la noche del 10 de diciembre de 2013, cuando O’Higgins derrotó a la UC en el Estadio Nacional y alzó su primera corona en Primera División, el entrenador de 50 años contó que «se armó una caravana de 120 kilómetros de toda la gente acompañando al bus de regreso de Santiago a Rancagua. Fue impresionante. Y, después, toda la gente esperando en la plaza para festejar juntos. Hablé en el balcón del Ayuntamiento, ni me acuerdo bien qué dije, sí que le agradecí a la gente. Es que el fútbol es de la gente, uno cree que los protagonistas somos los jugadores y entrenadores que mantenemos el fútbol vivo, pero eso se termina, los ciclos terminan y el que queda siempre es el hincha«.
Pero más allá del éxtasis de la consagración, Berizzo afirmó que el gran valor de su paso por O’Higgins va más allá del logro de un título. «Hay muchas cosas que se van desarrollando a nivel humano dentro de un equipo, no es sólo el logro deportivo. Hay una manera de relacionarte, de construir un grupo humano, eso es lo emotivo de armar un equipo. El campeonato, después, te entrega el diploma de haber hecho las cosas bien. Y cuando lo lográs en equipo, tiene un sabor multiplicador, porque tenés que congeniar desde el utilero al capitán, el espíritu tiene que estar alto todos los días, hay que trabajar, y pensar que cuando consigamos algo lo vamos a repartir en todos los pedazos que somos, por eso es algo tan fuerte conseguir un título colectivamente. Y cuando sucede con los ingredientes tan especiales como los vividos en O’Higgins es lo más fantástico que te puede pasar», declaró.
Por todo ello, cuando a Berizzo se le preguntó por sus días más felices en toda su vida en el fútbol, O’Higgins ocupa un lugar estelar. «Los más felices, los días que salimos campeones con Newell’s en la cancha de Boca y con O’Higgins en el Estadio Nacional, ya como entrenador», fue su respuesta.