Cuando se le apareció la opción de venir a Chile, Joaquín Larrivey no lo pensó mucho. Una vez que la oferta de Universidad de Chile estaba sobre la mesa, el delantero argentino lo conversó con su esposa y rápidamente la idea comenzó a ilusionarlo.
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En entrevista con El Gráfico Chile, el argentino de 35 años reconoce que militar en Chile era un desafío pendiente que también viene a cerrar un vínculo familiar. Por lo mismo, ni el estallido social -al que no es ajeno- y la incertidumbre que vivió el fútbol chileno a fines del año pasado, le impidieron renunciar a su sueño.
¿Qué te atrajo de venir al fútbol chileno, que en números de inversión a otras ligas sudamericanas es menor?
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Para mí es un orgullo de estar acá, lo hablé con gente que estuvo acá, con el más cercano fue con Diego Churín, me dijo que era una liga espectacular. En cuánto a los valores no lo sé porque no los manejo. Pero te voy a poner un ejemplo de la liga argentina que es súper competitiva donde capaz que los poderosos económicos son solo dos o tres. Acá creo que es lo mismo, hay mucho material de jugadores y eso se ve en la selección. Para mí es una liga y un país muy serio, vengo con esa expectativa de estar en un club y una liga muy seria.
Has podido compartir con muchos futbolistas chilenos: Esteban Paredes, Mauricio Pinilla, Fabián Orellana…
Estuve con Mauricio en Cagliari, con esteban estuve en Atlante, México, después con Fabián Orellana y el Tucu (Pedro Pablo Hernández) en Celta y con Waldo en Vélez. Con todos me he llevado de maravillas, siempre tuvimos una buena relación. Con el tiempo he perdido el contacto, pero con los uqe he hablado recientemente son con Fabián y el tucu, con ellos he hecho una relación más cercana y me han hablado muy bien de todo, del club, de la liga, del país. Ellos también fueron una parte para entusiasmarme de venir a Chile.
Llegas a un Chile convulsionado ¿El estallido social no pesó en tu decisión de venir al país?
La verdad es que no estuve muy al tanto, uno ve cosas por la TV, pero no indagué mucho porque tengo dos niños pequeños que me quitan demasiado tiempo. La gente afuera estaba preocupada y me preguntaban si yo sabía cómo estaba la situación porque veníamos a un país que había tenido un estallido social importante, pero en Argentina estamos bastante acostumbrado que estas cosas sucedan a menudo. No quiero hablar mucho del tema, pero obviamente estaba pendiente de cómo se iba a dar las cosas en el fútbol. Si bien insisto, no quiero meterme mucho en el tema, ojalá que este año sea un buen año para el pueblo chileno, que evidentemente cuando se manifiesta hay que escucharlo.