Roger Federer (3º) sigue sorprendiendo al mundo, ya que, a sus 38 años, continúa batiendo récords. Este viernes, sobrevivió a una batalla ante el local John Millman (47º) y consiguió su 100ª victoria en el Abierto de Australia, convirtiéndose en el primer tenista de la historia, tanto en hombres como en mujeres, que supera el centenar de triunfos en dos torneos de Grand Slam diferentes, pues también suma 101 éxitos en Wimbledon.
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Fue un verdadero thriller en la Rod Laver Arena, con corazones divididos, ya que se presentaba uno de los créditos locales contra quizá el jugador más querido de todos los tiempos. Este último se llevó el encuentro por 4-6, 7-6(2), 6-4, 4-6 y 7-6(8), en cuatro horas y tres minutos de lucha, pasada de sobra la medianoche en Melbourne.
Al suizo seguramente se le deben haber aparecido los fantasmas del US Open 2018, cuando el australiano sorprendió a todos y lo dejó fuera en la ronda de los 16 mejores. Estuvo cerca de repetirse el desenlace, porque el nacido en Basilea se enfrentó a un escenario bastante adverso en el súper tie-break al mejor de 10 puntos en el quinto set, cuando el oceánico se puso 8-4 arriba, pero no logró cerrar el match y terminó cediéndolo por 10-8.
“Fue duro. Gracias a Dios que había un súper tie-break. Si no, hubiera perdido. Él jugó un gran partido. Casi ni puedo hablar», expresó Su Majestad. “Comenzaba a pensar cómo iba a explicar la derrota en rueda de prensa”, reconoció a continuación.
Ahora, el helvético se medirá ante Marton Fucsovics (67º) en los octavos de final. El húngaro dio cuenta del estadounidense Tommy Paul (80º) por 6-1, 6-1 y 6-4.