Previo al choque de este jueves entre Novak Djokovic (2º) y Roger Federer (3º), por las semifinales del Abierto de Australia, había serias dudas respecto al estado físico del suizo e, incluso, se especulaba con que no jugaría. Sin embargo, dijo presente en la Rod Laver Arena, donde finalmente se inclinó por 7-6(1), 6-4 y 6-3, dándole dura pelea al serbio.
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Su Majestad no se entrenó en el día anterior al encuentro, para recuperarse del extenuante duelo de cuartos de final ante el estadounidense Tennys Sandgren (100º), donde salvó siete match points y estuvo tres horas y media batallando. Molestias en la ingle generaban incertidumbre en Melbourne Park.
No obstante, Fedex decidió saltar a la cancha y, dentro de ella, se entregó al máximo. Ya habiéndose presentado, era bastante improbable que abandonara el juego ya estando en marcha, pese a los problemas físicos y a la desventaja en el marcador, ya que nunca lo ha hecho en los más de 1.500 enfrentamientos que ha protagonizado en su exitosa trayectoria.
«Es un hecho increíble que nunca se haya retirado de un partido, ni uno solo, a lo largo de su carrera. Tengo un gran respeto por eso», destacó Nole en la conferencia de prensa posterior. «Se notaba que estaba lesionado. No estaba cerca de sus movimientos habituales, pero habla muy bien de él, el salir e intentar hacer todo lo posible», complementó.
El helvético, ganador de 20 títulos de Grand Slam, uno más que el español Rafael Nadal, no buscó excusas. «Si no me hubiera visto con opciones de ganar, no habría saltado a pista», advirtió, para luego cerrar con una frase elogiosa hacia el balcánico, que irá por su 17º «major»: «Ha sido mejor que yo, sin discusión».