Universidad de Chile tuvo un digno partido en el empate 0-0 ante Inter de Porto Alegre y dejó la llave abierta en la fase previa de la Copa Libertadores para el partido de vuelta para el próximo martes 11 de febrero, marcado por las protestas hacia el final del encuentro.
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Dentro del terreno de juego la U mostró su mejor cara, comenzando a dejar atrás los fantasmas del pésimo 2019. En un inicio estuvo más replegada tratando de aguantar los embates de los brasileños, quienes llegaban principalmente por los costados.
Así fue como tuvieron la primera del partido a los 14′, cuando tras un centro desde la izquierda de Patrick Bezerra, Edenilson cabeceó solo sin marca dentro del área chica, pero su remate no fue certero y llegó sin complicaciones a las manos de Fernando de Paul.
Después de eso Camilo Moya comenzó a recuperar la pelota adelante de la mitad de la cancha, lo que le permitió a los azules adelantar sus líneas. Eso se notó en el complemento, cuando el debutante de los estudiantiles Pablo Aránguiz filtró un pase en profundidad para Ángelo Henríquez, quien no alcanzó a definir por la buena salida de Marcelo Lomba.
Cuando mejor jugaban los dirigidos por Hernán Caputto, vino la expulsión por doble amarilla de Walter Montillo a los 65′, tras una fuerte falta sobre Moises Roberto. Ahí el cuadro laico perdió la pelota y se resguardó mucho más, tal como en el inicio del partido.
Y se salvaron, ya que en la jugada siguiente a la tarjeta roja sobre la Ardilla, Edenilson tuvo un nuevo cabezazo en el área y que esta vez tuvo mucho más potencia, pero De Paul salvó de manera notable a los azules, que en el contragolpe pudieron marcar con un remate de Aránguiz que se fue por poco desviado.
De esta forma la U se mantuvo con vida para la vuelta en Porto Alegre, sin recibir goles en contra, pero se quedó sin la principal figura del equipo y tendrá la obligación de convertir un gol o mantener el 0-0 para poder definir en penales.