Gaspar Hernández es considerado una de las grandes promesas del básquetbol profesional chileno y eso lo ha demostrado con sus tres años de seleccionado en el quinteto sub 21 de nuestro país. El actual jugador de Sportiva Italiana de Valparaíso combina los partidos de su club con los de la Roja y con sus estudios de kinesiología. Actualmente de vacaciones, a pocos días de integrarse a la pretemporada de su equipo, el basquetbolista conversa con El Gráfico Chile para relatar el crudo episodio que tuvo que vivir durante la noche del jueves, donde pudo sobrellevar un intento de asalto y salió casi ileso tras ser apuñalado en el brazo, tórax y cuello.
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Cuéntame un poco lo que pasó. ¿Cómo fueron los hechos?
Lamentablemente me ocurrió cuando fui a dejar a un amigo a la esquina de Teniente Cruz con Ancahual, lo dejé ahí, lo pasaron a buscar y yo me quedé ahí, porque empecé a hablar con otro amigo para ir a comer sushi tipo 11 de la noche. La cosa es que de repente aparece un tipo de 19 ó 20 años, más bajo que yo, y de ahí aparece uno por atrás también. Ahí dije «me van a asaltar» y me iba a enfrentar a combos con el de adelante mío, pero el de atrás tenía una cuchilla, entonces, saltó arriba mío y ahí sentí la cuchilla cómo me atravesó, me pasó a llevar el brazo también y parte del tórax. De ahí me zafé, salí corriendo y llegó un tercero que también me quiso agarrar. Me agarró el short, le puse un combo y me fui. Gracias a Dios no me robaron nada y me percaté llegando a la casa de que me habían cortado, porque sentía correr la sangre en mi brazo. Ahí mi tata me ayudó a detener el sangrado y llamamos a mi tía, que es enfermera y trabaja en el hospital San Juan de Dios, y ahí una colega de ella me hizo radiografía de tórax para descartar hemorragia interna del pulmón.
¿No comprometió los órganos, entonces?
No, nada, porque, por lo que yo sé, si el corte del tórax me hubiese comprometido el pulmón, me hubiese entrado aire y me hubiesen tenido que poner una sonda e internar, y es todo un show, es más crítico. Los cortes que sufrí fueron superficiales y la saqué barata por lo menos.
¿Qué sentías en ese momento?
Yo, al principio, en el momento en que me estaban asaltando, me acordé de otros intentos de asalto y ahí me enfrenté a combos, y no pasó nada. Esta vez, el tipo de atrás estaba con cuchilla y sentí mientras me atravesaba el brazo, entonces, cuando iba caminando a mi casa, iba rezándole a mi abuela que está en el cielo y que siempre ha estado conmigo en lo que me ha ocurrido. Camino al hospital sólo le pedía a mi abuela que en el corte del brazo no me hubiese comprometido algún tendón o algún ligamento, porque sería muy trágico que deje de jugar por un intento de asalto. Gracias a Dios no fue tan malo.
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¿Qué más pasaba por tu cabeza?
En el momento de entrar al hospital, pasaron muchas cosas por mi cabeza. Yo veía cómo los abuelitos, o personas de 40 y 50 años, estaban en una camilla con gente enferma, gente en el piso, e igual me bajoneaba ver eso. Dentro de mí pensaba que no tenía nada, porque vi los cortes superficiales y no profundos, e iba con la noción de que no me pasó nada malo, pero igual con miedo de que me pudo haber comprometido algo y sería distinta la cosa.
A los deportistas, cuando les pasan estas cosas,les puede dañar su carrera para siempre…
Claro, y yo soy joven, tengo 20 años y tengo una carrera profesional, me queda mucho todavía y dejar de jugar por esto es penca. Yo he sabido de gente a la que le ha pasado.
¿Qué piensas hacer a futuro? ¿Es mucha la carga?
Mi proyección a futuro es seguir jugando básquetbol y también seguir estudiando kinesiología. En un futuro me veo jugando profesionalmente y desarrollándome también en la kinesiología. Quiero estudiar y jugar a la vez. Y, sobre la carga, es difícil, porque dicen que las universidades son los ataúdes de los deportistas, pero hay universidades que te ayudan, como la mía. Tengo los horarios definidos, es difícil, pero si uno quiere, es posible.