La cuarta final a nivel de ATP 250 termina bien para Cristián Garín. El iquiqueño tenía un duro trance en la final del torneo de Córdoba: medirse con el 14º jugador del ránking, Diego Schwartzman, el mejor tenista argentino del momento quien -más encima- hacía de local. Así, el desafío era mayor y pese a la dura lucha dada por el Peque, el chileno terminó imponiéndose con solidez por 2-6, 6-4 y 6-0.
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Durante la primera manga, los nervios traicionaron la consistencia del juego de Garín, quien tempranamente cedió un servicio en el tercer game y, aunque lo recuperó inmediatamente, en el quinto y séptimo games el Peque repitió la dosis para adueñarse de ese parcial y ponerse en ventaja tras 39 minutos de tarea.
La frustración inicial se transformó en motivación para el segundo set. Con Garín decidido a cambiar el rumbo, debió trabajar intensamente. En el sexto juego, el iquiqueño quebró el servicio del local. Luego, la ventaja parecía esfumarse en el noveno game, pero en el décimo devolvió gentilezas para liquidar la manga en 48 minutos.
La definición del encuentro no fue menos emotiva. Garín quebró en el segundo juego, y se puso mejor posición para rematar la faena cuando repitió en el siguiente turno al saque del trasandino. Para ponerle la guinda a su torta cordobesa, hizo lo propio en el tercer turno de Schwartzman al saque, para así liquidar en 38 minutos el tercer capítulo con un consistente 6-0.
Con este triunfo, Garín trepa desde el 31º puesto del ranking ATP al 26º. Así llegará a Buenos Aires, donde esta semana se enfrenta con el local Facundo Díaz (494º) en la ronda de 32.
