Dicen que el tenis es un «deporte de caballeros». Sin embargo, la nobleza ha quedado de lado en las últimas horas, cuando el coronavirus pone en jaque los calendarios deportivos del mundo.
PUBLICIDAD
El martes, Roland Garros, programado originalmente entre el 24 de mayo y el 7 de junio, fue postergado para disputarse entre el 20 de septiembre y el 4 de octubre. Y ardió Troya.
Apenas una semana antes del arranque del Grand Slam parisino debería terminar el US Open. Los organizadores de este último torneo contestaron con dureza.
«No pueden actuar de manera unilateral”, lanzó el “major” estadounidense. “Nosotros sólo haríamos algo así previa consulta a la ATP, WTA, ITF y también a la Laver Cup”, agregó.
Los tenistas se alinearon con las críticas a los franceses. Tanto hombres como mujeres reclamaron por no ser informados previamente.
“Una vez más… nos enteramos por Twitter”, publicó el argentino Diego Schwartzman en esa red social. “Encuentra a un jugador que conociera la decisión”, complementó el suizo Stan Wawrinka.
Una posición diferente tiene el reconocido periodista transandino Guillermo Salatino. “Esto todavía está en pañales. No veo por qué el US Open se mete”, advierte el especialista de la raqueta.
PUBLICIDAD
“Es un Grand Slam, era la única fecha posible. Que no jodan con la Laver Cup, que es una exhibición, un negocio”, añade el experto. Ésta está fijada entre el 25 y el 27 de septiembre.
Alegatos más o menos, el más complicado debe ser Rafael Nadal. El español tendría que defender 4.000 puntos en apenas 21 días, ya que se quedó con ambas coronas en el 2019.
Más allá del desafío tenístico en sí, también está el físico. Pasar de cemento a arcilla en cosa de días pondría en serio riesgo de lesiones a los jugadores.
“Eso sí, es peor de tierra a pasto. Igual, pasa porque a la semana siguiente del US Open, Argentina juega Copa Davis en tierra”, apunta “Salata”. Por esas mismas horas, Chile debe visitar a Eslovaquia, el 18 y 19 del “Mes de la Patria”.
La caballerosidad está “out” por estos días en el tenis.