La pelota está parada prácticamente en todo el mundo, salvo en uno que otro lugar del globo. En Europa, Bielorrusia es la excepción, mientras que en América, Nicaragua se resiste a suspender.
PUBLICIDAD
Con sólo dos casos de coronavirus en el país, la Federación Nicaragüense de Fútbol se ha propuesto continuar “hasta donde más se pueda”. Así, el campeonato se está desarrollando los miércoles, sábados y domingos, a puertas cerradas.
“Tenemos uno de los mejores sistemas de salud de Centroamérica”, argumentan desde el organismo rector del balompié local. Este último, vale puntualizar, ya detuvo todas las demás competiciones, porque no son profesionales.
“Por la inversión, la liga adoptó que quien pueda seguir jugando, salvaguardando a los actores, lo haga”, explican desde el ente federativo, aclarando que se está respetando a aquellos árbitros que piden no ser designados para dirigir. “Si esto empeora, vamos a ser responsables para decir ‘hasta aquí nomás’”, agregan.
Al parecer, los protagonistas están cuadrados con el discurso oficial. Dennis Salinas, presidente del Managua, líder de la tabla, adhiere a la determinación central: “Considero aceptable que sigamos, buscando completar lo más que se pueda el torneo, siempre y cuando sigamos la normativa y las indicaciones del Ministerio de Salud, priorizando esto antes que lo deportivo”.
El alineamiento llega hasta los principales expuestos, los futbolistas. El capitán del puntero, Pablo Gallego, es español y, pese al drama que se vive en su tierra natal, no se hace problema.
“No me opongo, lo hacen con conocimiento de causa, porque es un tema muy serio”, confía el volante de 26 años. “Si han decidido que se puede seguir, pues adelante”, complementa.
PUBLICIDAD
De los 10 clubes que integran la división de honor, apenas uno se opuso, aunque el hispano aclara el motivo. “Fue el Diriangén, que en ese momento iba primero, entonces, tenía un interés más deportivo que sanitario. Ahora perdieron el liderato, nosotros lo tenemos, y creo que es el primer día que no mandan una carta reclamando que se suspenda”, explica.
A pesar de la tragedia en suelo español, el mediocampista no teme por ahora. “Claro que lo paso muy mal por mi familia, que está allá, pero acá todo sigue normal. Se están tomando todas las medidas necesarias y si se tiene una conciencia colectiva, se puede parar el virus”, advierte.
¿No están obligando a jugar a nadie? “Hubo un jugador ruso, del Walter Ferretti, que se fue a su casa. Le han dado vacaciones y cuando mejore la situación, vuelve. Si uno no quiere jugar, nadie lo va a obligar, simplemente se va”, cierra.