Le sigue lloviendo sobremojado a Tokio 2020. Al anuncio de la postergación y recalendarización del evento multideportivo para 2021, se suma una acusación grave de soborno para quedarse con la sede de los XXXII Juegos Olímpicos.
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Según una investigación de la agencia Reuters, el Comité Organizador de Tokio 2020 le pagó al empresario y exejecutivo de la agencia de publicidad Dentsu, Haruyuki Takahashi, para, presuntamente, influir en los votos de los miembros del Comité Olímpico Internacional.
De esta forma, Takahashi contaría con un monto de 8,2 millones de euros para que eligieran a la capital japonesa por sobre las otras candidatas, Estambul y Madrid, pese a que, a nivel de calificaciones de la Comisión de Evaluación del COI, la capital española había terminado mejor que Tokio.
En términos de coimas, Reuters apunta al expresidente de la Federación Internacional de Atletismo, el senegalés Lamine Diack, como uno de los principales sobornados por Takahashi. El empresario japonés reconoció reuniones con Diack y se constaron gastos en relojes Seiko, pero sin dejar en claro para qué.
Tras el pago de los 8,2 millones de euros, Takahashi dejó la agencia e ingresó al Comité Organizador Local.
La denuncia de Reuters se suma a la investigación de la justicia francesa sobre pagos de 1,8 millones de euros por parte de Tokio a los hijos de Diack y que, entre otros coletazos, obligó a la renuncia del presidente del Comité Olímpico de Japón, Tsunekazu Takeda.
