Pasar la cuarentena es un tema. para cualquiera. Y más si se está solo.
PUBLICIDAD
Bien lo sabe Paulo Díaz. El defensa de River Plate se encuentra en Buenos Aires, cumpliendo el aislamiento social, preventivo y obligatorio que el Gobierno Nacional argentino ha dispuesto para evitar la propagación del covid-19, pero la medida lo pilló con su esposa, Fernanda Arenas, en Santiago, razón por la que el seleccionado chileno se quedó de un lado de la cordillera y su mujer, del otro.
Arenas debió viajar a Santiago hace dos semanas, por cuestiones familiares, junto al pequeño Agustín, el hijo del zaguero. Ante el cierre de fronteras, Díaz sabe que no podrá ver a sus seres queridos por un buen rato. Pero eso le hace aguzar el ingenio.
Así, diariamente, el defensa de River postea -en sus redes sociales- algo referido a Agustín, citando siempre a Fernanda. “No saben cuanto los extraño vidas mías, espero con ansias el día que nos juntemos otra vez. Los amo mis vidas”, subió a su cuenta de Instagram, acompañado de una foto en la que están él, su pareja y el pequeño, que el 25 de marzo cumplió seis meses.
Díaz ha contado que realiza videollamadas varias veces por día con Fernanda, su novia desde los 17 años, cuando todavía formaba parte de las series inferiores de Palestino y de quien era vecino además de compañero de colegio.
Pero el zaguero chileno extraña, pero también entrena. Guardando rigurosa cuarentena, realiza trabajo físico diario con los elementos que River le proveyó y realiza las rutinas que monitorean uno de los preparadores físicos que tiene a cargo a su grupo de trabajo (el plantel está dividido en tres, y cada uno de los preparadores físicos -Pablo Dolce, Marcelo Tulbovitz y Diego Gamalero- monitorea a uno de ellos).
Mantenerse ocupado es una forma de minimizar la ansiedad, pero también tratar de hacer pasar el tiempo más rápido, y así extrañar menos. Para todo lo demás, están las videollamadas y las redes sociales.