Cuando explotó el FIFA Gate, en el 2015, empezaron a caer uno por uno los presidentes de las distintas federaciones del fútbol sudamericano, entre ellos, Sergio Jadue, además de los jerarcas de la Conmebol.
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Un lustro más tarde surge otra acusación en contra de algunos de ellos, pues la fiscalía de Brooklyn, que lleva a cabo la investigación, publicó nuevas denuncias y por primera vez apuntó al pago de sobornos por parte de Rusia y Catar para quedarse con los Mundiales del 2018 y 2022, respectivamente, sedes que novedosamente fueron elegidas el mismo día.
Según el periodista especializado en el caso, Ken Bensinger, quienes habrían recibido estos pagos serían dirigentes latinoamericanos, nombrando específicamente al fallecido Nicolás Leoz, ex timonel del organismo continental, y a Ricardo Teixeira, otrora mandamás de la Confederación Brasileña de Fútbol.
Estas dos citas planetarias siempre habían estado bajo sospecha, pero nunca había habido una denuncia formal de este tipo.
