El Tour de Francia no quiere dejar el 2020 con un asterisco por la pandemia del coronavirus. La principal prueba del ciclismo mundial mantiene la esperanza de que se corra en las fechas agendadas, aunque ya se trabaja en un plan B.
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Ese plan B es mover la competencia a agosto, un mes después de lo programado inicialmente. Antes de la explosión del coronavirus en el mundo, Le Tour se correría entre el 27 de junio y el 19 de julio, partiendo en Niza.
La alternativa es partir el 25 de julio en el mismo balneario y llegar a los Campos Elíseos de Paris el 16 de agosto. Todo con el objetivo de que la competencia se haga de todas formas.
La propuesta de las nuevas fechas fue llevada por el director de la carrera, Christian Prudhomme, a las diferentes ciudades donde se comienza o finaliza una de las etapas del tour. Según Efe, la gran mayoría está a favor de la reprogramación.
“No nos supone ningún problema que se retrase un mes si para entonces el contexto sanitario es favorable. Podemos mantener la logística prevista”, declaró a la agencia Michel Villa, alcalde de Privas, ciudad meta de la quinta etapa.
Lo mismo ha sucedido con los equipos que participan, los cuales tampoco se opondrían a nuevas fechas y argumentan que esto les permitiría prepararse mejor para la competencia.
Tras la cancelación o postergación de diferentes eventos deportivos en el verano europeo, el Tour de Francia se mantiene como el único gran certamen que aún da pelea para realizarse.
De todas formas, la organización se ha propuesto como meta el 15 de mayo para decidir finalmente si el Tour se realiza en las fechas iniciales. Pero la intención es que la carrera se corra en un país que presenta el quinto mayor número de contagiados de coronavirus en el mundo y el tercero más alto en muertes.