El golazo de tiro libre de José Luis Sierra frente a Camerún le entregó la clasificación a Chile a los octavos de final desde el grupo B, pero el gran problema era enfrentar al poderoso Brasil de Ronaldo, Dunga, Rivaldo, Roberto Carlos entre otros, y que había llegado al Mundial de Francia 1998 con el título de campeón y con altas posibilidades de revalidarlo.
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El Scratch ya había eliminado a nuestro país del Mundial de 1962 en semifinales, generando una fuerte frustración en un equipo que buscaba ser campeón planetario. Por eso, la consigna para ese duelo en el Estadio Parque de los Príncipes de París era cambiar la historia. Sin embargo, a veces la historia es cíclica y cambiar el rumbo de los destinos es difícil, tal como ocurrió ese 27 de junio de 1998.
Aunque la ilusión del elenco de Nelson Acosta estaba en las nubes gracias al gran momento de la dupla «Sa-Za» de Marcelo Salas e Iván Zamorano, dos goles de César Sampaio y otros dos de Ronaldo frenaron la gran actitud demostrada por la Roja en un duelo que terminó 4 a 1 en contra, gracias a un descuento del «Matador» de cabeza.
De esa forma, la selección chilena terminó con aventura que llenó de emociones a sus compatriotas por varias semanas, luego del regreso a una Copa del Mundo después de 16 años de ausencias.