Dennis Rodman fue parte fundamental de uno de los mejores equipos en la historia de la NBA: los Chicago Bulls de los 90. El ala-pívot, quien previamente había ganado dos anillos con los Detroit Pistons, sumó otros tres con los «Toros», acompañado de Michael Jordan y Scottie Pippen.
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Pese al feeling dentro del parqué, el «Gusano» hizo una confesión sobre su relación con las otras dos estrellas del quinteto. «Michael era el anotador, Scottie era Robin y yo era el tipo que recogía la basura. Nos complementábamos muy bien en la cancha», introdujo en diálogo con Marca, para luego complementar: «Era divertido, pero durante tres años no crucé una sola palabra con ninguno de los dos fuera de la cancha«.
Como todo deportista, también sufrió lesiones. Sin embargo, dos de las más dolorosas se produjeron fuera del campo de juego y poco tuvieron que ver con el deporte que lo hizo famoso: sufrió tres fracturas de pene.
«La primera vez estaba en una fiesta en un barco, bebiendo hasta el agua de las macetas, y una tía me propuso ir a su camarote. Y allí estábamos, cuando le parece buena idea que haga el salto del tigre, pero a lo bestia. Salté como un loco y luego había sangre por todos lados», arrancó contando al respecto.
«La segunda vez fue tras un partido con los Rockets donde me dieron un balonazo en mis partes. Una chica había volado miles de kilómetros para cenar conmigo. Yo sólo iba a cenar hermano, de verdad. Pero entonces saca unos libros de sexo tántrico y me dice que me prepare. No podía decir que no», prosiguió.
«La tercera fue en una noche salvaje en un hotel con mi novia. Yo sabía qué hacer, ir al hospital por la pastillita. Pero, joder, se empiezan a emocionar todos los médicos y llaman a medio hospital. No entienden cómo está partida. Yo sólo quería la pastilla», cerró.