Nicolás Massú decidió la difícil tarea de llevar al tenista austríaco Dominic Thiem (3º del ATP) a lo más alto de su carrera y por ahora así lo está haciendo. Aunque el ex jugador chileno confía en que la tarea de bajar al Big 3 del tenis mundial es difícil, tiene fe en las condiciones de su pupilo.
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«Actualmente está en el tercer lugar del ranking y es uno de los jugadores más en forma del circuito. Trabajo para convertirlo en el número 1 del mundo. Dominic es un verdadero campeón y sus padres lo educaron bien, enseñándole la ética del trabajo duro. Además de ser un excelente jugador de tenis, es un chico muy querido en todo el circuito», dijo Massú a La Gazzetta dello Sport.
«Simplemente quiero ayudarlo a hacer realidad su sueño. Tiene mucho talento y, además de ser un campeón consolidado en la actualidad, es uno de los jugadores que serán convocados para asumir el pesado legado de los Tres Grandes. Tiene que mejorar mucho y yo, como entrenador, tengo el deber de hacerlo mejorar y crecer», agregó.
Por otra parte, el doble campeón olímpico en Atenas 2004 reveló su felicidad de estar comandando a la escuadra chilena de Copa Davis en la actualidad y también recordó con el citado medio la proeza en Grecia.
«Estoy muy contento con los éxitos del tenis chileno, que puede contar con jugadores de alto nivel como Nicolas Jarry o Christian Garin. Haber estado a su lado para la Davis en Madrid, después de estar en la tercera división hace unos años fue muy emocionante. Vienen muy buenos años para Chile y debemos explotarlos», apuntó el «Vampiro».
«En Atenas pensé que tenía la oportunidad de hacer algo excepcional. Comencé a creerlo lentamente y con esta conciencia me sentí cada vez mejor en el campo. Después de las dos medallas de oro, la recepción en Chile fue increíble, con la gente que había salido a las calles para agradecernos por lo que habíamos hecho. Mucha gente todavía les cuenta mis «empresa» a sus hijos y esto es una gran fuente de orgullo para mí», cerró.