Basta repasar su trayectoria para darse cuenta que ser un trotamundo está en su genética. Sin embargo, la pandemia ha pillado hasta al más ducho e intrépido desprovisto de la experiencia suficiente para hacer frente a los desafíos que plantea. Así que Héctor Vega, un futbolista chileno que labraba su camino en Nicaragua, se encuentra ahora en pleno proceso de buscar la forma de volver a Chile.
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Hijo del recordado “Caldillo”, que jugara en Iquique y se ganara un pozo millonario en el Loto, el volante ofensivo apodado “Tanque” no la pasa particularmente bien por estos días en Managua. Desvinculado hace algo más de un mes del club que defendía, Vega lleva todo este tiempo tratando de salir de la capital del país presidido por el sandinista Daniel Ortega y donde, al principio, el tema del coronavirus se tomó bien a la ligera, razón por la que el chileno dejó el Juventus para emprender el retorno. Y en ese intento ha estado los últimos 40 días.
“He estado moviéndome con la embajada, y no hay vuelo hasta la segunda quincena de mayo o los primeros días de junio. Pero estamos hablando con los chilenos que están en Panamá y Costa Rica, a ver si conseguimos un vuelo de repatriación. Somos muchos…”, relata el iquiqueño, que cuenta a cerca de ocho los nacionales que intentan salir de Nicaragua, totalizando casi un centenar con quienes están en Centroamérica intentando retornar.
“Estoy viviendo -arrendando- en un complejo deportivo, gracias a la gestión de una persona del club. No es la idea quedarse más tiempo, porque mi familia está preocupada. Ojalá nuestro gobierno pueda hacer algo, porque aunque estoy relativamente bien, otros compatriotas la están pasando mal, sin comida, sin plata”, profundiza el futbolista, que intentó tomar las providencias: “Quise irme antes de que explotara todo esto, porque se venía feo. Pero justo cerraron todos los aeropuertos. El vuelo de repatriación tendría que contemplar dos o tres paradas para buscarnos, porque no tenemos cómo llegar a un país vecino”.
Vega espera que el gobierno y la embajada ayuden un poco más. “No han hecho nada hasta ahora”, sentencia con una mezcla de frustración y esperanza.
Respecto del presente en Managua, relata que la gente en las calles se está cuidando, usando mascarillas, que hace unas semanas “nadie usaba porque no les interesaba”. Pero los nicaragüenses han ido tomando consciencia y, si bien no hay cuarentena, se notan ciertas precauciones. El chileno, en todo caso, evita salir.
Una vez en casa, confiesa, vendrá el tiempo de ver cómo retomar su carrera deportiva. “Con todo esto, es difícil que haya mucho movimiento en los mercados”, analiza. “Pero estamos en contacto con mi representante, Pablo Farías”, para ver los pasos futuros, anticipa.
“Mi intención es jugar en Chile”, redondea Vega, a quien parece no apetercerle demasiado la idea de partir a México, donde también tiene una posibilidad concreta. Ahora, sin embargo, la prioridad está puesta en conseguir un vuelo que lo traiga de vuelta con sus afectos.
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