Una escalofriante confesión hizo el futbolista turco Cevher Toktas, quien se entregó a la policía de su país tras matar a su hijo de cinco años que padecía covid-19.
PUBLICIDAD
Según informa el medio español Mundo Deportivo, los hechos ocurrieron el pasado 23 de abril y Toktas se entregó once días después.
Aquel 23 de abril, el niño estuvo internado en una clínica en la ciudad de Bursa, con fiebre alta y varios síntomas relacionados al coronavirus. Tras ello regresaron a casa y ahí el jugador de 32 años del Bursa Yildirim Spor asfixió a su hijo.
«Puse una almohada en la cabeza de mi hijo, que estaba acostado boca arriba. Apreté durante 15 minutos sin parar. Mi hijo resistió un tiempo. Cuando dejó de moverse, saqué la almohada. Luego llamé a los médicos para que no sospechasen nada», confesó Toktas ante los agentes policiales.
“Nunca quise a mi hijo menor, desde su nacimiento. No sé por qué no lo quiero. La única razón de haberlo matado fue que no lo quise. No tengo ningún problema mental», continuó el jugador que se encuentra detenido y que será juzgado por homicidio. En Turquía, dicho delito puede ser sancionado con cadena perpetua.